"España es un país enfermo. Y su dolencia ha devenido en
endemia. Por endemia entendemos una enfermedad que se produce en una
población concreta con carácter permanente, sin necesidad de que se
introduzcan nuevos agentes causantes de la misma en esa población.
Y la
endemia patria afecta a nuestra población joven, sin futuro, destrozada,
fulminada, humillada por nuestras élites políticas y económicas, con la
colaboración inestimable del resto de la ciudadanía. Pero a las élites
les da igual, su voto se nutre básicamente de esa franja de edad de la
población, creciente, cuyas pensiones se empiezan a pagar con la emisión
de deuda pública.
¿Cómo se puede calificar un país donde menos de dos de
cada diez jóvenes se marcha de casa de sus padres para vivir por su
cuenta? ¿Cómo se puede definir un país donde uno de cada cuatro jóvenes
que trabaja lo hace para ser pobre?
¿Cómo se puede definir un país donde
el 38,2% de las personas de 16 a 29 años se encuentran en riesgo de
pobreza? Y estos datos son consecuencia de la frágil situación del
mercado laboral y de un sector de la vivienda totalmente inaccesible. España, país sin futuro. ¡Cómo se han reído de nosotros!
Si
hiciéramos unos cálculos sencillos para expresar en euros de 2017 el
salario bruto de un joven recién licenciado de hace 30 años, nos
echaríamos las manos a la cabeza, nos indignaríamos. Y todo como
consecuencia de las enésimas reformas de un mercado laboral, que bajo un
envoltorio de “modernidad”, su único resultado ha sido el
empobrecimiento de los trabajadores más jóvenes.
Además de la precariedad laboral, el segundo elemento de
pauperización de nuestra juventud es la vivienda. Según los datos del
Observatorio de Emancipación una persona joven debería destinar el 57,9%
de su salario para poder adquirir una casa en propiedad y debería
cobrar 4,1 veces su salario para hacer frente al importe de la entrada
de una vivienda en régimen de compraventa.
Si se opta por el alquiler,
una persona joven necesita el 69,3% de su sueldo para hacer frente a la
cuota mensual. Con un salario medio que ronda los 800 euros, la compra, y
aún más el alquiler, están por encima del llamado 'umbral de
sobreendeudamiento' que las propias entidades bancarias fijan en el 30%
de los ingresos de la persona. Con estos datos, sólo el 10% con mayores
salarios de la juventud trabajadora puede comprar una vivienda sin
riesgo de sobreendeudamiento.
Reflejo político, y propuestas alternativas
Con
esta triste realidad, ¿cómo es posible que los partidos que se han
turnado los últimos 40 años no se hayan desgastado todavía más?
Básicamente porque mientras destrozaban, por un lado, con sus políticas
económicas, a los jóvenes este país; por otro lado, con buen ojo
político, apenas han tocado a ese grupo cada día mayor de potenciales
votantes, los mayores de 65 años.
Como ya detallamos en su momento, la
Encuesta Financiera de las Familias muestra, tanto en términos de renta
como de riqueza, como la crisis, en un análisis por edades, se ha cebado
con los más jóvenes, pero “ha respetado” la posición de los mayores. La
renta y riqueza de este último grupo no se ha visto en términos medios
menguada.
Mientras que la renta de los hogares jóvenes, aquellos
cuyo cabeza de familia cuenta con menos de 35 años, descendió un 22,5%
entre 2011 y 2014 –recordemos que ya gobernaba el actual ejecutivo-; la
renta de los jubilados en ese mismo período aumentó un 11,3%. En
términos de riqueza, la situación es todavía más dramática.
En los
hogares cuyo cabeza de familia cuenta con menos de 35 años la riqueza se
hundió un 46%. Sólo tienen deudas. Por contra, los únicos que se
salvaron de esta caída, por tramos de edades, fueron los hogares cuyo
cabeza de familia tiene entre 65 y 74 años. Su riqueza aumentó un 11,7%.
Con
estos datos no quiero decir que los pensionistas sean los responsables
directos de la situación de sus hijos y nietos. Las razones hay que
buscarlas en las políticas económicas implementadas por los gobiernos de
turno, y en la ausencia de un sector privado con suficiente músculo
para generar el empleo suficiente.
Las soluciones ya las hemos discutido
aquí: teoría monetaria moderna y su propuesta de empleo garantizado;
subida del salario mínimo; el establecimiento de un impuesto sobre la
renta del suelo a “lo Henry George”, mientras que bajamos los impuestos
al resto de factores productivos y, sobretodo el IVA; el desarrollo una
política pública de vivienda que hunda los alquileres y precios de la
vivienda patria; y, en el medio plazo, una vuelta a la industria, lo que
algunos denominan eufemísticamente cambio de modelo productivo.
Como ustedes pueden comprobar en ningún caso propongo una rebaja de las
pensiones, todo lo contrario, pero si no se cambia radicalmente de
política económica no les quepa ninguna duda que dicho recorte ocurrirá,
y la pauperización se extenderá a toda la ciudadanía. Simplemente un
dato, la paga extra de los pensionistas de este año se ha financiado con
la emisión de deuda pública. ¿Hasta cuándo?" ( , V
Juan Laborda ox Populi, 02/07/17)
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