12.3.18

Hace más o menos un año todo iba a ir bien: Hillary Clinton salvaría Washington, Juppé renovaría Francia, Cameron arrinconaría a la oposición, Renzi neutralizaría la resistencia interna y Schulz volaba desde Bruselas para vencer a Merkel. El futuro era tan bueno, las reformas estructurales tan melodiosas, y políticos tan guapos...

"Hace más o menos un año todo iría bien: Hillary Clinton iba a salvar Washington, Juppé renovaría Francia, Cameron arrinconaría a la oposición, Renzi neutralizaría la resistencia interna y Schulz, como un segundo "San Martín", según Der Spiegel, volaba desde Bruselas para vencer a Merkel. El futuro era tan bueno, las reformas estructurales tan melodiosas, y políticos tan guapos.

Ahora contamos los días para saber si Berlusconi o Grillo ganan en Italia, si Orbán disparará a los refugiados, si se hace o se deshace la coalición alemana después de cuatro meses de negociaciones, si el Brexit sale caro a todos, si la cúpula del PP español es condenada por corrupción, si Macron bombardea Siria, si Trump utiliza los botones de guerra. En un año, la político ronda el caos y se podría plantear si podría cuestionar si lo que ha cambiado ha sido la ingenuidad o la realidad.

Pero ni se pregunta. El pasado que nos atropella es simplemente una mentira de futuro risueño: después de todo, las bolsas pagan la burbuja, Trump es Trump y la Unión Europea es castigada por el vaciamiento de las soberanías, entreteniéndose con juegos resignados a la impostura del centralismo y obligando a los países a arrastrarse entre parches y sustos. (...)"         (Francisco Louça  , Sin Permiso, 27/02/2018)

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