23.5.18

Otra transición eléctrica con otros beneficiarios

"(...) En la actualidad se avecina una nueva transición energética de trascendencia crucial. El rechazo a la contaminación de los combustibles fósiles y el Acuerdo de París exigen abordar la des-carbonización de la economía mundial. A la vez se ha producido una enorme reducción de los costes de la electricidad eólica y solar, que puede competir sin necesidad de primas con las centrales fósiles y nucleares.

De esta forma un gran problema de deterioro ambiental ha encontrado una magnífica solución en la que las energías fósiles (básicamente carbón y gas) van ya a poder ser sustituidas de forma competitiva por energías renovables para producir electricidad. 

Esa electricidad “verde”, será la que a su vez podrá reemplazar a la tercera energía fósil: el petróleo (gasolina y gasóleo) en la movilidad y el trasporte y al gas en la climatización (bomba de calor).

La conveniencia de esta transición a las renovables a nivel planetario es todavía más evidente y urgente en un país como España que no tienes recursos fósiles y en cambio cuenta con ventaja comparativa en tecnología y recursos solar y eólico.

Como se ha señalado las energías eólica y solar ya no necesitan primas pero, en el caso de España, si es necesario que se eliminen las incertidumbres existentes para poder financiar sus proyectos. La principal es que, al estar mal diseñadas las subastas que se han convocado, la remuneración no queda definida por el precio de la puja que haya ganado, sino por un diferencial respecto al precio del mercado spot. 

El precio futuro de este mercado es incierto pero además decreciente, en la medida en que precisamente la entrada de las energías renovables seguirá contribuyendo como ya sucede a reducir los precios del mercado.

Otras incertidumbres provienen de la continuidad, o no, de las actuales centrales de carbón y nuclear y deberían ser clarificadas por el Gobierno, que tendría que establecer la evolución del mix de energías más conveniente para acelerar la transición a las renovables.

Las empresas e instituciones podrían de esta forma financiar grandes granjas hibridadas y con almacenamiento de centrales eólicas y fotovoltaicas y los auto-consumidores producir una electricidad fotovoltaica que no fuera tratada, como hoy, de forma punitiva.

Otra característica a destacar de las energías renovables es que estas rompen las altas barreras de entradas existentes para producir electricidad (fundamentalmente el gran tamaño de las centrales), lo que posibilita una concurrencia de agentes innovadores que no sólo suministren energías como commodities intermedias sino servicios finales como movilidad, almacenamiento, climatización, etc. gestionables a través de Internet y blockchain. Esto sí que determina la aparición, por fin, de competencia en el sector eléctrico.

Sin embargo la transición a las renovables no sucederá de forma inercial, ya que tiene que superar dos problemas: uno respaldar su intermitencia y aleatoriedad, que es tecnológicamente resoluble y otro económico que es la inviabilidad de mantener todo el exceso de centrales, almacenamientos y suministros fósiles y nucleares con su histórica sobre-remuneración, cuando existe una alternativa más barata y no nociva para el clima y la salud.

Ante este cambio que se avecina las grandes eléctricas ya se han adelantado a pedir sus recurrentes “beneficios caídos del cielo” del BOE, amenazando con el cierre de centrales de carbón y nucleares si el Gobierno no aprueba un aumento de su remuneración. 

La sustitución de las energías fósiles por las renovables y por la electricidad se hará de forma progresiva a lo largo de un periodo de transición, pero es posible que sea más rápida de lo que se anticipa. 

En los próximos 10 años puede cambiar el mundo energético actual a nivel global y eso no podrá ser frenado en España, por lo que las empresas eléctricas dominantes tienen que dejar de presionar para aumentar su remuneración en centrales fósiles y nucleares, e innovar y aportar más valor a sus clientes y a la sociedad.

El Ministerio de Energía tiene que dejar de temer un apagón ya inviable al aparecer la competencia y atreverse a revisar globalmente una regulación que, no sólo no revela los costes incurridos, sino que supone un freno a las renovables.

El Ministro tiene que salir del bucle delirante en que se ha metido de “obligar a las empresas” a prolongar la explotación de sus centrales fósiles y nucleares para acabar aumentándoles a cambio todavía más su retribución.

Como dice el título del artículo se abre el escenario de una nueva transición energética a las energías renovables pero las empresas eléctricas dominantes que obtuvieron grandes beneficios en la transición a una competencia que nunca llegó no pueden seguir obteniéndolos con el advenimiento de la competencia – en este caso real – liderada por las renovables. 

Si lo lograran se frenaría dicha transición y volverían de nuevo a perjudicarse los consumidores."          (Martín Gallego Malaga, ingeniero de minas y economista, Economistas Frente a la Crisis, 10/05/18)

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