"(...) Es patético escuchar vociferar a Pablo Iglesias y a Alberto Garzón
llamando a lanzarse a la calle para combatir el fascismo, a causa de la
aparición espectacular de VOX con un programa real de extrema derecha,
después de haber estado años denunciando que el fascismo, el franquismo y
la extrema derecha ya existían y estaban representados por el PP y Cs,
por Mariano Rajoy y por Rivera. (...)
Son incapaces de ver, o de aceptar, que una de las principales causas
del resurgimiento con fuerza de la extrema derecha en toda España, se
produce con la aparición de la extrema derecha nazional-secesionista
catalana, con la que ellos se reúnen, a la que siguen en las
manifestaciones, apoyan y defienden aquí y en Europa. Son incapaces de
ver que Pedro Sánchez es presidente del gobierno con los votos de los
independentistas y de Bildu.
Y Susana Díaz y los dirigentes del PSOE afirman que
hablarán sólo con todos los partidos constitucionalistas, no con VOX ya
que este partido está contra la Constitución, o sea como Bildu, ERC,
CUP, PDeCAT y con algunas declaraciones de extrema derecha y racistas de
personajes como Torra y Puigdemont, entre otros.
También descubren
ahora que la extrema derecha puede resurgir de sus cenizas, como tantas
veces ha hecho en la historia. Con sólo contemplar el panorama político
de Europa se habrían dado cuenta de ello y no cuando han contemplado
perplejos que España ya es también europea y tiene su representación de
extrema derecha en un primer parlamento regional, si exceptuamos el
apoyo de la extrema derecha flamenca, alemana, italiana…, a los
secesionistas catalanes.
Llega VOX con fuerza en el parlamento andaluz con un
programa de extrema derecha y amenaza el futuro en toda España, sin
tener siquiera personajes reconocidos.
Mientras, la izquierda moderada,
por llamarla de alguna forma, va de un lado para otro con
contradicciones permanentes entre propuestas socialdemócratas y
neoliberales, entre federalismo unitario y confederalismo dispersor, y
la otra izquierda, antaño alternativa, divaga por la nada en busca de
asegurar una presencia y unos cuantos sillones políticos aunque no
sirvan para hacer ninguna política real de cambio social.
Una izquierda
en conjunto, que engloba mayoritariamente a la sindical, la política y
la intelectual, y que no hace otra cosa que reducir permanentemente su
mejor patrimonio histórico humano y político en la defensa de la
justicia social, la libertad y la democracia, el internacionalismo y la
paz. (...)" (Francisco Frutos Gras. Ex Secretario general del PCE, Crónica Popular, 08/12/18)
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