"El Espacio Sociocultural Liberado Autogestionado (ESLA) Eko,
el centro social de referencia en el madrileño distrito de Carabanchel,
tiene la independencia y la autonomía como principios básicos, pero
tras casi siete años de existencia le faltaba algo para conseguirlos
plenamente: autosuficiencia energética.
Ahora, la asamblea gestora del
centro se ha puesto manos a la obra para remediarlo con un proyecto tan
pionero como ecológico: hacer funcionar el espacio, un edificio de seis
plantas, con energía solar.
“La electricidad siempre ha sido muy precaria en el
Eko, pero últimamente la situación se había complicado más aún”, explica
Javier Pérez, integrante de la asamblea gestora del espacio, muy
implicado en las tareas técnicas del proyecto Luz para el Eko. Esta situación interrumpía el funcionamiento normal del centro.
Así que, con los ejemplos de Errekaleor,
una barriada ocupada en la periferia de Vitoria-Gasteiz sin acceso a la
red de suministro eléctrico pero plenamente autosuficiente tras la
instalación de paneles solares, y el Espacio Garaldea,
un proyecto de autogestión en el término municipal de Chinchón (Madrid)
en el que conviven varios colectivos y que también se abastece mediante
energía solar, decidieron remediar la situación.
“La idea es hacer todo mediante renovables,
desenganchados de la red y con un sistema aislado, produciendo nosotros
la electricidad y almacenándola en baterías”, relata Pérez. “Somos
capaces de hacerlo porque hemos aprendido poco a poco —ya disponen de
400 vatios de potencia solar— y porque somos bastante gente interesada,
pero lo que nos faltaba es la financiación, porque el centro social no
tiene la autonomía financiera de otros lugares”.
Por ello, tal como hicieran Garaldea en 2016 y Errekaleor en 2017, el ESLA Eko ha lanzado uncrowdfunding
para obtener los fondos necesarios para adquirir el material y realizar
los trabajos. En concreto, con los 15.105 euros que piden para realizar
la operación de forma óptima —aunque con un mínimo de 10.593 ya podrían
hacer lo suficiente para ser independientes energéticamente— quieren
instalar placas en la azotea del edificio para soportar un consumo medio
de 6.000 vatios, hacer las reformas necesarias para la instalación del
sistema y las baterías, cambiar el sistema eléctrico del edificio,
instalar bombillas de bajo consumo y adquirir un generador para apoyo en
momentos puntuales, como podrían ser condiciones meteorológicas
adversas o grandes eventos. (...)
De hecho, Pérez cuenta cómo una debilidad actual —la falta de energía
eléctrica— se ha convertido en una potencia: “Vamos a tener más
capacidad eléctrica y de una forma que políticamente nos parece muchos
más relevante, una apuesta por las renovables que deja en evidencia un
sistema que se nutre casi en su totalidad de combustibles fósiles”. (...)" (Pablo Rivas, El Salto, 09/05/19)
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