"La venganza de los lugares que no importan”. Con esta expresión
explican algunos estudiosos de ciencia política, demografía y otras
disciplinas fenómenos como el auge de la ultraderecha en determinadas
poblaciones con rasgos aparentemente muy dispares.
Los lugares que no
importan, y su venganza, fueron por primera vez verbalizados por el
catedrático de Geografía Económica de la London School of Economics Andrés
Rodríguez Pose, asesor habitual de la Comisión Europea, el BCE, la ONU,
la OIT y otros organismos.
Pose explica, en la venganza de esos lugares
que no importan, el voto que contribuyó a dar la sorpresiva victoria a
Donald Trump, el primer germen de los chalecos amarillos franceses, la
inesperada victoria del brexit en Gran Bretaña y la feraz eclosión de
Vox en España.
A Héctor Meleiro le gusta esta teoría de la venganza de los lugares
que no importan para explicar lo que ha ocurrido este pasado 10 de
noviembre en el sur de la Comunidad de Madrid. Veintisiete municipios de
la CAM se amontonan a los pies del mapa madrileño con un rasgo común:
en todos ellos el partido ultraderechista Vox ha sido la lista más
votada.
Meleiro es el analista de datos de la consultora 40dB. encargado de
filtrar y dar sentido a lo que han dicho las urnas en esa franja, que
desde Robledo de Chavela hasta Colmenar de Oreja, abarcando municipios
tan importantes como Valdemoro o Navalcarnero, ha votado masivamente a
los de Santiago Abascal.
“Me gusta mucho esa frase de la venganza de los lugares que no importan para
explicar lo que ha pasado en todo el sur de Madrid, pero solo es una
intuición. Es pronto para hacer un análisis más científico, porque
todavía nos quedan muchos datos de lo que pasó el 10-N que aún no
tenemos o no hemos podido procesar”, señala el analista.
Sin embargo, Meleiro sí estudió a fondo los resultados todavía
bastante frescos del 28 de abril, cuando las urnas ya dieron a Vox 24
escaños a nivel nacional y seis de las 27 mayorías municipales ultra que
hoy dibujan la franja verde del sur de Madrid. Ya en abril se fraguaba esta venganza de lugares que no importan.
Valdemoro es la villa de la franja con más población, casi
75.000 habitantes. Solo en los 207 días transcurridos entre las dos
convocatorias de elecciones generales en 2019, el color del voto
mayoritario ha pasado del naranja Ciudadanos al verde Vox. (...)
La explicación quizá sí sea que Valdemoro, como toda la franja sur de
Madrid, se haya ido convirtiendo con la crisis en uno de esos “lugares
que no importan”. Así lo sugiere, aún de forma intuitiva, el analista
Meleiro. (...)
En España, el investigador del Centre d’Estudis Demogràfics de la Universidad Autónoma de Barcelona, Miguel González-Leonardo, ha estudiado recientemente este fenómeno.
Su tesis: que de seguir la evolución demográfica actual, en unas
décadas España será un país vacío con solo dos o tres grandes urbes
concentrando a la casi totalidad de la población. El fenómeno se está
reproduciendo a nivel mundial.
Resulta difícil admitir que una ciudad como Valdemoro, cuya plaza del
ayuntamiento se encuentra a 28 kilómetros en línea recta de la Puerta
del Sol de Madrid, y a 32 minutos en el tren de cercanías, pueda
sentirse marginada de la metrópoli. Pero esos 28 kilómetros son la
distancia entre la renta disponible por habitante de 30.096 euros
anuales en Madrid capital, y los 22.790 de Valdemoro, los 21.562 de
Navalcarnero, los 18.357 de Navas del Rey, o los 18.319 de Aldea del
Fresno, todas ellas hoy tintadas por el verde mayoritario de Vox. Los
datos disponibles son de 2017.
Entre ese año y 2013, esta brecha económica no ha hecho más que agrandarse exponencialmente. (...)
En trazo grueso, hay un agente poblacional en la franja verde del
sur de Madrid que puede explicar el éxito de Vox: la prevalencia de una
“clase media aspiracional” –la expresión la usa Meleiro– que no ha
visto cumplidas sus expectativas laborales y económicas. Las ciudades y
pueblos del sur de Madrid se nutren del constante goteo de migrantes
internos que dejan otras comunidades autónomas para buscar oportunidades
en la capital. Pero también de expulsados por la gentrificación de
Madrid: personas a las que la crisis ha recortado recursos, pero que
además han visto cómo se disparaba el precio de la vivienda en la
capital y ha tenido que buscar acomodo en ciudades más o menos
dormitorio donde vivir es más barato.
Héctor Meleiro ha constatado que la extrema derecha crece más en
aquellos lugares donde se ha destruido industria. “Los municipios del
sur de Madrid no se caracterizaban por ser de lo más obrero del mundo,
sino, más bien, municipios en los que ha ido escaseando el empleo. Yo
tengo una intuición que tiene su respaldo en algunos artículos
académicos realizados en otros lugares de Europa. Con los datos del 28
de abril, me salía ya que Vox funciona mejor dentro del campo de la
derecha en aquellos municipios que más han sufrido el shock de empleo, como estos del sur de Madrid”.
Valdemoro aún no ha recuperado los datos de desempleo que tenía en 2006 (9,19%), en los prólogos de la crisis económica. (...)
“Esta gente más olvidada que hoy vota a Vox ya votaba a la derecha”,
continúa Meleiro. “Eran clases populares, pero de derechas, orgullosos
de ser españoles. Pero nuestras encuestas no nos están dando que Vox lo
pete entre las clases populares, salvo entre esas clases populares que
ya votaban a la derecha. A veces se nos olvida que el PP también tiene
una base de votantes de clase trabajadora.
No solo le votaban los ricos.
Cuando apareció Ciudadanos, le dio una tajada al PP por el lado del
votante más urbano y liberal. Vox es todo lo contrario. A partir de las
elecciones andaluzas y las del 28 de abril, y es de suponer que en estas
últimas, la tajada de Vox viene de las zonas de muy alto poder
adquisitivo, pero también de estas otras más populares, de esa ‘clase
media aspiracional’ de la que hablábamos”. O sea, de la burguesía que se
ha proletarizado con la crisis.
Y, por supuesto, la sentencia del procés ha sido un detonante del voto a
Vox en todo el territorio nacional. La expresidenta del CIS, Belén
Barreiro, ofrece una perspectiva demoscópica contundente: “No tengo los
datos delante, pero ha pasado en el sur de Madrid y en toda España. A
principios de septiembre, observamos cómo el PP, con su campaña de
moderación, subía. Sin embargo, con la sentencia del procés esa subida
se congela, y el PP empieza de hecho a bajar en expectativa de voto. Es
ahí donde vimos el repunte de Vox. El debate en términos racionales que
podría imperar en ese momento deriva en debate emocional. Eso ha sido
clave”. (Aníbal Malvar, CTXT, 03/12/19)
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