"El sector de los Anticapitalistas, que encabezan la líder andaluza Teresa Rodríguez y el eurodiputado Miguel Urbán, planea abandonar Podemos, tras años de diferencias con el secretario general, Pablo Iglesias, su equipo de dirección, y su estrategia política y organizativa. El detonante ha sido la decisión del partido morado de entrar en el Gobierno de coalición con el PSOE.
Los anticapitalistas siempre han sido la corriente más a la izquierda de la formación, y en el último congreso, la asamblea de Vistalegre II de febrero de 2017, recabaron el apoyo del 13% de los militantes.
Si bien llegaron a liderar el partido en varias comunidades autónomas, actualmente su poder se limita principalmente al equipo de Rodríguez en Andalucía y al puesto de Urbán en la Ejecutiva estatal, como secretario de Memoria Histórica.
No obstante, este sector es considerado uno de los cofundadores de Podemos en 2014,
y su estructura, recursos y base militante fueron imprescindibles para
que el nuevo partido pudiera empezar a andar y hacer frente en apenas
cuatro meses a su primera cita electoral: las elecciones europeas de
mayo de ese año.
De hecho, tanto Urbán como Rodríguez, entonces miembros del partido Izquierda Anticapitalista -una escisión de IU-, acompañaron a Iglesias en el acto de presentación de Podemos que se celebró el 17 de enero de 2014 en el Teatro del Barrio de Lavapiés. (...)
Sin embargo, las diferencias estratégicas y políticas entre este sector y
otros de los cofundadores de Podemos, como el politólogo Íñigo Errejón y la socióloga Carolina Bescansa,
pronto comenzaron a aflorar, y llevaron a los anticapitalistas a
convertirse en el principal sector crítico del partido, antes de que
Podemos cumpliera su primer año. (...)
Frente al modelo de partido jerárquico y centralista que planteó
Iglesias, y que diseñó Errejón, para evitar que su falta de militancia y
cuadros medios les pudieran crear problemas en las elecciones
autonómicas y municipales de 2015, los anticapitalistas y Echenique
defendieron un modelo más abierto, horizonal y asambleario, en el que Teresa Rodríguez llegó a poner en cuestión incluso el liderazgo de Iglesias.
“Las elecciones no las gana un secretario general, ni tres, ni cien: las gana la gente“,
espetó Rodríguez desde el escenario de la plaza de toros de Vistalegre,
siendo aclamada por los miles de simpatizantes que llenaban las gradas.
Aunque no consiguieron ganar ninguna de las votaciones, aquel
encuentro sirvió al menos para encumbrar a Rodríguez como una de las
dirigentes más carismáticas de Podemos, lo que después le permitió hacerse con el control del partido en Andalucía, (...)
Su relación con Iglesias y sus afines mejoró en 2016 a raíz
del distanciamiento entre los llamados ‘pablistas’ y el nuevo sector
liderado por Errejón. Los conocidos como ‘errejonistas’ habían
comenzado a diferenciarse estratégica y políticamente de Iglesias, sobre
todo a raíz de la destitución en 2016 del secretario de Organización y
mano derecha de Errejón, Sergio Pascual.
Los planteamientos de Iglesias, asesorado por dirigentes en alza como
su entonces jefa de gabinete, Irene Montero, se fueron cada vez
asimilando más a los de los anticapitalistas, frente al pragmatismo y la
moderación que caracterizaba a los errejonistas. (...)
El chalet de Galapagar
Si Vistalegre II sirvió para acercar ‘pablistas’ y anticapitalistas, la crisis catalana que se desencadenó a raíz de la consulta ilegal del 1 de octubre de 2017,
y su decisión de respaldar la Declaración Unilateral de Independencia
(DUI), volvió a enfrentarles con las tesis oficiales. Esto provocó que
Iglesias les situara “políticamente fuera” del partido, aunque
finalmente la ruptura no se consumó.
La relación se enturbió aún más cuando tanto Rodríguez como el
alcalde de Cádiz y también referente anticapitalista, José María
González ‘Kichi’, cuestionaron la decisión de Iglesias y Montero de comprarse un chalet de 600.000 euros en Galapagar (Madrid).
“Tenemos el compromiso de vivir como la gente corriente para poder
representarla en las instituciones y eso supone renunciar a privilegios
como el exceso de sueldo. Yo ni he pensado ni quiero dejar de vivir y
criar a mis hijos en un piso de currante en el barrio gaditano de La
Viña'”, aseguró ‘Kichi’ en un comunicado.
La previsible ruptura comenzó consumarse antes de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2019,
cuando por discrepancias, de nuevo estratégicas y también electorales,
los anticapitalistas se registraron otra vez como partido independiente
en Aragón, Castilla y León, Madrid y Murcia y se descolgaron de las
candidaturas de Podemos.
El detonante final está siendo la entrada de Podemos en el Gobierno
de coalición con el PSOE, una estrategia a la que los anticapitalistas
siempre se han opuesto, con críticas a las que en los últimos meses ha
puesto voz Teresa Rodríguez, avisando del “peligro” de abandonar la
oposición de izquierdas al Ejecutivo al juntarse demasiado a los
socialistas, y “acabar justificando recortes y políticas antisociales”.
Mientras tanto, Rodríguez no ha dejado de trabajar en la construcción de su propio partido de carácter andaluz, Adelante Andalucía, que ya registró en el Ministerio del Interior el pasado mes de diciembre." (República, 07/02/20)
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