16.9.21

¿Qué hacer con la ultraderecha? La experiencia indica que, si la ultraderecha se consolida, solo un movimiento de masas puede derrotarlo... El movimiento antifascista griego logró lo que parecía imposible: unir a los socialistas (PASOK), a los comunistas (KKE) y la izquierda radical (SYRIZA) en la lucha contra la ultraderecha

 "(...) Cuáles estrategias han mostrado eficacia (...) para enfrentar a la extrema derecha.

Estrategias que sí pueden funcionar 

1.

Aceptar que la ultraderecha ya está presente en la sociedad argentina, y precisar los alcances de su fuerza social. Esto implica reconocer, por ejemplo, que el discurso de ultraderecha ya se encuentra presente en la gran mayoría de los medios de comunicación de formas más bien diversas, y donde promueven de forma cotidiana a las figuras de la ultraderecha (las últimas entrevistas a Javier Milei y a Victoria Villarruel en A24, LN+, América, entre otros medios masivos durante el Prime Time televisivo son pruebas de eso). Esto significa que, en algún grado, buena parte de la población se encuentra permeada por algún tipo de argumento ultraderechista. Solo conociendo la situación con precisión podemos conseguir las herramientas para enfrentar el avance reaccionario.

2.

Discutir, argumentar y no estigmatizar a los ultraderechistas, confrontando directamente contra sus pilares discursivos (que son de por sí endebles) pero entendiendo que sus discursos, por ridículos que nos suenen, son verdaderos para (al menos) más de 220.000 personas en la Capital Federal y 400.000 personas en la provincia de Buenos Aires. Esto implica que los militantes y dirigentes políticos progresistas tienen que armarse con argumentos para confrontar con los ultraderechistas, un ejercicio sustancialmente diferente que al que están acostumbrados en los debates entre los “centros” del espectro político. Hay que recordar que, en la segunda posguerra europea, muchos simpatizantes del nazismo a lo largo de toda Europa fueron “reconvertidos” al socialismo mediante la acción a destajo de los partidos y militantes comunistas que se entregaron a la empresa de recomponer los lazos de la sociedad con la izquierda.

3.

Comenzar a organizar una red ideológicamente amplia en la que se plantee la necesidad de movilizar a todo el campo progresista contra le avance de la ultraderecha. En Grecia, el partido neonazi Amanecer Dorado fue solamente derrotado como producto de una constante movilización popular contra la violencia ultraderechista. El movimiento antifascista griego logró lo que parecía imposible: unir a los socialistas (PASOK), a los comunistas (KKE) y la izquierda radical (SYRIZA) en la lucha contra la ultraderecha. La experiencia indica que, si la ultraderecha se consolida, solo un movimiento de masas puede derrotarlo. Inclusive, tenemos un ejemplo reciente en Mar del Plata, donde un grupo neonazi fue llevado a la justicia gracias a un importante ciclo de movilización antifascista. 

4.

Y la más importante de todas: atacar las causas sociales que pueden permitir la popularización de la ultraderecha: el desempleo, la falta de expectativas, y la ruptura de la solidaridad social como producto del impacto de la pobreza y la desesperación en la sociedad. Si estos problemas no se solucionan, la ultraderecha puede convertirse mutar de una reacción conservadora que expresa el “voto bronca” hacia un fenómeno de tipo “populista”, pudiendo consolidar su inserción dentro de los sectores populares e inclusive dentro de las capas más pobres de la sociedad. Si no existe un espacio político capaz de hacer esa tarea, la de proponer un proyecto de país donde entren todxs quienes vivimos en Argentina, entonces la tarea es construir es espacio, aunque cueste."                    (Leonardo Frieiro, JACOBIN LATINOAMERICA, 13/09/21)

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