Díaz realizó una intervención trufada de interrogaciones retóricas a cuenta del IBEX, la gran banca y las empresas energéticas. “¿Es democrático lo que estamos viviendo en nuestro país?”, inquirió, citando el contraste entre las dificultades de la clase media para llenar la cesta de la compra y los “64.021 millones de beneficio de las empresas cotizadas”. A su juicio, “es imprescindible que la parte social forme parte del núcleo donde se toman las decisiones” empresariales, en un modelo por definir pero que no será el de la cogestión alemana, “que es del 76”, ni el de Piketty, y que entronca con el artículo 129.2 de la Constitución, que habla de facilitar “el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción”. Si los trabajadores tuviesen voz y voto en las decisiones empresariales, las deslocalizaciones industriales masivas quizás no habrían sido tales, defendió.