11.10.24

"Muchos de los «signos vitales» de la Tierra han alcanzado valores extremos sin precedentes, lo que indica que «el futuro de la humanidad pende de un hilo», según un grupo de los mayores expertos mundiales en clima"... Temo el colapso de la sociedad. Vendrá a causa de lo que la mayoría de la gente de este país dice temer más, que es el movimiento de personas. Eso va a ocurrir ahora. Cientos de millones de personas, o más, van a tener que desplazarse en las próximas décadas si quieren tener una oportunidad de sobrevivir. En primer lugar, tendremos que aceptar la realidad de la migración... tenemos que aceptar que nuestro consumo va a cambiar radicalmente. Para empezar, ya no recorreremos el mundo... tendremos que derrocar a los poderes que tratan de impedir que se produzca el cambio, la mayoría de los cuales están representados por las actuales élites... La única esperanza que tenemos es que cambien las actitudes, las prioridades y las ganas de vivir. Con ellas, podríamos sobrevivir al cambio climático. Sin ellos, se acabó (Richard Murphy, Un. Sheffield)

 "Como señalaba ayer The Guardian

    "Muchos de los «signos vitales» de la Tierra han alcanzado valores extremos sin precedentes, lo que indica que «el futuro de la humanidad pende de un hilo», según un grupo de los mayores expertos mundiales en clima.

    Cada vez son más los científicos que analizan la posibilidad de un colapso social, según el informe, que evaluó 35 signos vitales en 2023 y descubrió que 25 eran peores que nunca, incluidos los niveles de dióxido de carbono y la población humana. Esto indica una «nueva fase crítica e impredecible de la crisis climática», afirma."

añaden:

    "Según el informe, la temperatura de la superficie terrestre y de los océanos ha alcanzado máximos históricos, impulsada por la quema récord de combustibles fósiles. La población humana está aumentando a un ritmo aproximado de 200.000 personas al día y el número de cabezas de ganado vacuno y ovino en 170.000 al día, todo ello sumado a las emisiones récord de gases de efecto invernadero."

Yo creo a esos científicos. Todas las pruebas disponibles apuntan a que tienen razón, dado que todo lo que han predicho hasta ahora, incluidas las condiciones meteorológicas extremas y la amenaza para la supervivencia de la vida en algunas partes del planeta, parece estar ocurriendo.

 Ayer estuve escuchando a escondidas una conversación. Sé que no debería, pero las dos personas de más o menos mi edad que participaban en ella en la cafetería donde trabajaba no hacían nada por impedírmelo, y tal era su volumen que no me dieron más opción que tomar nota. Hablaban de todos los lugares del mundo en los que habían estado y, al parecer, se habían perdido algunos de los puntos turísticos más importantes, desde Hawai hasta los más cercanos. A pesar de ello, discutían sobre el próximo destino, y el Himalaya parecía ser una de las prioridades.

¿Por qué me interesaba? También escuché cómo hablaban de sus nietos, por los que obviamente se preocupaban. Entonces me pregunté si esos nietos les darían las gracias por haber contribuido a quemar su planeta sin ningún motivo. Un cóctel es un cóctel en todo el mundo, y parece que a ellos también les gustan. Sus giras por el mundo para «crear recuerdos» son claramente parte del problema del consumo excesivo que está llevando a nuestro mundo al borde del caos, y más allá. Pero o no lo sabían, o no les importaba, o no podían establecer el vínculo entre sus propios excesos y la crisis a la que nos enfrentamos.

 Temo el colapso de la sociedad. Vendrá a causa de lo que la mayoría de la gente de este país dice temer más, que es el movimiento de personas. Eso va a ocurrir ahora. Cientos de millones de personas, o más, van a tener que desplazarse en las próximas décadas si quieren tener una oportunidad de sobrevivir. No es una opinión, es un hecho. Y pueden estar seguros de que los que se trasladen lo harán porque no van a quedarse quietos y morir donde la vida se les ha hecho imposible, sin tener culpa de ello.

En ese caso, ¿qué se puede hacer para gestionar este riesgo de desintegración de la sociedad mediante el desplazamiento masivo de personas? Lo que sigue son sugerencias increíblemente simplistas, pero ante una crisis de proporciones épicas, que es donde nos encontramos, puede que se necesiten soluciones sencillas.

En primer lugar, tendremos que aceptar la realidad de la migración. Nuestras narrativas tienen que cambiar. Aceptamos lo que va a ocurrir, o la agitación del conflicto acabará con lo que tenemos, pase lo que pase.

En segundo lugar, tenemos que aceptar que nuestro consumo va a cambiar radicalmente. Para empezar, ya no recorreremos el mundo sin rumbo, pero eso es sólo la punta del iceberg del cambio de comportamiento necesario.

 En tercer lugar, puede que tengamos que derrocar a los poderes que tratan de impedir que se produzca el cambio, la mayoría de los cuales están representados por las actuales élites de poder que, por ejemplo, han decidido ahora que cuando hay que elegir entre los beneficios a corto plazo y la supervivencia humana, ganan los beneficios. O bien son quienes han decidido que lo mejor es cuadrar las cuentas. En cualquier caso, esas prioridades tienen que desaparecer, y quienes pretendan mantenerlas tendrán que perder poder, por incómodo que les resulte.

Y para que conste (y en caso de que alguien de los servicios de seguridad esté mirando), no estoy sugiriendo ni por un momento la revolución ni nada tan absurdo, porque eso representaría en sí mismo el colapso de la sociedad. Lo que estoy sugiriendo es que la democracia -la verdadera democracia- tiene que conseguirlo. En otras palabras, la voluntad del pueblo de sobrevivir tendrá que prevalecer en las urnas.

No pretendamos que vamos a vivir cómodamente durante algún tiempo.  Lo que ya ha ocurrido podría impedirlo. La única esperanza que tenemos es que cambien las actitudes, las prioridades y las ganas de vivir. Con ellas, podríamos sobrevivir al cambio climático. Sin ellos, se acabó."

(Richard Murphy, Profesor de Contabilidad en la Escuela de Administración de la Universidad de Sheffield, Brave New Europe, 10/10/24, traducción DEEPL, 

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