"En este 2024 a punto de sellar su broche final, distinguidos hitos y hechos ya históricos se han hecho de notar en clave feminista. Con el lema 'que la vergüenza cambie de bando', Gisèle Pelicot se ha constituido como un nuevo horizonte de esperanza para las mujeres después de ganar un histórico juicio de violación en Francia; también otro de los casos más estremecedores de la historia reciente de nuestro país, el de Nevenka Fernández, que ha sido devuelto al foco con su adaptación cinematográfica. Asimismo, ha tenido lugar durante este año un escenario que se asemeja a aquel movimiento Me Too que despertó en Hollywood, el cine y teatro español se han visto manchados este año por numerosas denuncias de abusos y agresiones sexuales de parte de renombrados artistas.
La violencia de género no sólo muestra su peor cara cuando trasciende un crimen machista –cuando este 2024 se han contabilizado 47 asesinadas por esta lacra-, sino también cuando las mujeres levantan la voz denunciando abusos y agresiones sexuales. Este grito contra el machismo estructural comprende un peso mayor cuando se da en el plano público y toca a una figura reconocida, bien sea desde el plano político, institucional o del espectáculo. Pero qué importan nombres o estatus cuando la dinámica es la misma: atentar contra la integridad sexual, física y emocional de una mujer por el mero hecho del mandato patriarcal. Por desgracia, ejemplos no faltan.
Cultura y política, manchadas por el patriarcado: del caso Errejón al Me too español
Dos ámbitos dispares se han colocado en el foco este año por un mismo patrón: la violencia machista. Quizás el que más ha encendido la opinión pública ha sido el que ha venido de la mano de un referente que, hasta la fecha, era considerado aliado feminista. Íñigo Errejón, exdirigente de Sumar, fue epicentro de sendas acusaciones por parte de más de una decena de mujeres que acudieron a la periodista Cristina Fallarás para relatar, en anónimo, sus alegatos de pesadilla.
El que fuera fundador de Más Madrid dejó la política ante los rumores de estas acusaciones que, nada más conocerse su renuncia, se confirmaron a cuentagotas. Un escenario que, durante semanas, y todavía candente, continúa siendo objeto de debate público y político, en el que se han venido dando reacciones tanto de estupor como de inquietud. ¿Queda así constatado que la violencia machista se esconde incluso, aunque no en todos los casos, en aquellos que abanderan la causa feminista? “Incluso en espacios que se presentan como progresistas, el machismo y la violencia no desaparecen. Este tipo de denuncias exigen algo más que gestos vacíos o posicionamientos políticos ambiguos: necesitan una respuesta contundente, justicia efectiva y el compromiso real de erradicar cualquier rastro de impunidad”, valoran desde Federación de Mujeres Jóvenes (FMJ) en conversaciones con ElPlural.com.
En paralelo, pero con el mismo patrón, este año se han dado, desafortunadamente, diversos ejemplos de actitudes y abusos machistas en el cine y teatro español, lo que ha hecho levantar la voz de la cultura nacional. Como si del Me Too que despertó en el seno de Hollywood se tratase, hasta tres artistas directivos en nuestro país se han visto salpicados por sendas denuncias de actrices y mujeres que trabajaron con ellos. Eduard Cortés, Ramón Paso y Carlos Vermut son los tres nombres que han salido a la palestra en estos meses. “El mundo del cine sigue siendo un terreno fértil para la perpetuación de la violencia de género. El abuso de poder, silencio cómplice y normalización del acoso han creado un sistema que protege a los agresores y silencia a las víctimas. (…) El cine es un reflejo para la sociedad, pero ahora mismo no es un reflejo digno”, subrayan sobre este aspecto desde FMJ.
A golpe de confesiones con relatos estremecedores en medios de comunicación y redes sociales, las víctimas de Vermut, Paso y Cortés han alzado la voz a lo largo de este 2024. Las que denunciaron al cineasta de Manticora allá por enero relataron haber sufrido relaciones sexuales no consentidas y de carácter violento: “Me inmovilizó, estranguló y forzó a tener sexo”, detalló una de ellas. En el caso del director teatral Ramón Paso, fue objeto de denuncias por presuntos delitos sexuales por hasta 14 mujeres, hechos comprendidos entre 2018 y 2023. Así, el más reciente, el que se cierne sobre el tercero de los mencionados, hasta 52 voces femeninas han dicho ‘basta’ con sus testimonios: “Estamos organizándonos para decidir juntas cuál es la mejor manera de denunciar esto”, dijo una de las denunciantes en redes sociales, la fotógrafa Silvia Grav."
Un atisbo de esperanza llamado Gisèle Pelicot
Pero restémosle peso a aquellos maltratadores, pongamos el acento en ellas, y en quién mejor que Gisèle Pelicot. Mujer coraje, valiente y que ha marcado un verdadero hito histórico con un juicio que ha traspasado fronteras, ha estremecido y ha unido, aún más si cabe, a todas las feministas. ‘Que la vergüenza cambie de bando’ se ha constituido como un nuevo lema para hacer ver que el miedo no lo debemos tener nosotras por hablar, sino ellos por haber cometido las atrocidades denunciadas.
Pelicot fue violada por 50 hombres durante una década, una operación orquestada por su propio marido que, a su vez, la drogó y grabó sin su consentimiento. La denunciante fue violada en casi un centenar de ocasiones y, hasta pasados los años, no descubrió la aterradora verdad. Llevando el caso a los tribunales franceses, y sin mostrar ni un ápice de miedo o arrepentimiento por su decisión, se ha alzado como un icono, un ejemplo a seguir y un símbolo que dice ‘basta’. “Nunca me he arrepentido de esta decisión, no me arrepiento de dar la cara. (…) A partir de hoy, se recordará a la señora Pelicot y cada vez menos al señor Pelicot”, expresó a su salida del juzgado de Aviñón, donde el tribunal dictó sentencia para su exmarido, Dominique Pelicot y el resto de violadores con penas de entre 5 a 20 años de cárcel.
“El sistema sigue sin comprender el impacto devastador que estas violencias tienen sobre las víctimas. (…) Gracias a Gisèle Pelicot, y a muchas otras que este año se han atrevido a visibilizar, la lucha sigue y se habla de estos casos”, insisten desde FMJ.
Nevenka y las mujeres que abrieron paso
Si bien es cierto que 2024 obliga a seguir trabajando de manera colectiva para que cese la violencia que ahoga y mata, también es cierto que ejemplos como el de Gisèle Pelicot han dibujado un año donde se han cambiado las tornas y la voz de la víctima ha pasado a ser la protagonista y dueña de la historia, un papel hasta ahora ostentado recurrentemente por el agresor.
El testimonio de la francesa no ha sido el único que este 2024 ha reflejado en primera persona y sin tapujos lo que tantísimas otras vienen sufriendo de años atrás. Sin necesidad de cruzar la frontera, en este mismo país, la historia de Nevenka Fernández, que el 27 de septiembre llegó a las salas de cine, ha traído nuevamente al presente lo que en su día sirvió para abrir caminos en la senda de la igualdad. El de la economista ponferradina fue el primer juicio que consiguió dictar condena a un político por acoso sexual y laboral en España, concretamente a Ismael Álvarez, concejal por el PP y alcalde de Ponferrada. Su caso, además de facilitar que otras mujeres fueran alzando la voz progresivamente, supuso también revisar los abusos que se cometen en los altos cargos de poder y también una demostración de hasta qué punto la justicia y la sociedad cuestionaba en ese momento el relato de la víctima. El fiscal de la causa, José Luis García Ancos, fue expulsado del caso por el interrogatorio hacia Nevenka en el que, no solo ponía en duda su testimonio, sino que reflejaba el claro machismo presente en las instituciones con declaraciones como: "Usted no es la empleada de Hipercor que le tocan el trasero y tiene que aguantarse porque es el pan de sus hijos”.
Pese a que las pruebas terminaron dando la razón a Nevenka y la justicia ordenó finalmente una condena de nueve meses de prisión para Álvarez, una multa de 6.480 euros y una indemnización a la víctima de 12.000 euros, los efectos de la resolución se tintaron de un color agridulce, no solo por resultar insuficientes para la defensa, sino por no contar apenas con el respaldo de la sociedad. Pese a demostrarse la verdad de los abusos, el apoyo hacia el exalcalde no cesaba, lo que provocó que Nevenka se viera obligada a trasladarse a Inglaterra para poder vivir alejada del ruido y de una sociedad que inmersa todavía en la cultura patriarcal, se le hacía difícil creer a la primera víctima de abusos por parte de un alto cargo en el país.
Todo esto, y 22 años después de aquella condena, Icíar Bollaín quiso recuperar el testimonio de Nevenka y devolver su historia a las salas de cine. En septiembre, la misma ciudad que fue testigo de aquel mediático e histórico juicio, también lo fue de un estreno que contó con la presencia de la misma protagonista y que se rindió ante ella, ahora sí, reconociendo su historia y aplaudiendo su coraje.
Con estas líneas deseamos a nuestros lectores un feliz año. Nuestro
deseo personal, como periodistas, es que en 2025 os podamos contar
noticias algo más amables, que reflejen cierta esperanza, contaros el
avance próspero de una sociedad donde las mujeres van perdiendo
progresivamente el miedo a andar solas por la calle, sea la hora que
sea, donde sus derechos no se vean interrumpidos, y, por supuesto, una
sociedad donde hombres y mujeres trabajen de manera coordinada para que ni una sola mujer más en el mundo muera asesinada por el mero hecho de haber nacido mujer. "
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