"(...) ¿Qué nos traerá el regreso de Trump?
Está claro que Trump anuncia malos tiempos para las mujeres y para los emigrantes, por ejemplo, pero en materia de política exterior es mucho menos previsible. Ha colocado a gente diversa y contradictoria en puestos clave. Su criterio parece ser la fidelidad. Ha sufrido dos atentados y está por ver si es capaz de desafiar al “deep state” como a veces pavonea. Su promesa de tarifas y guerra comercial contra todos, incluidos aliados, podría aumentar la caída del nivel de vida de la mayoría desfavorecida, lo que puede acabar con el vector popular de su base social. Trump puede ser una especie de Boris Yeltsin americano que arme un buen estropicio en el país. Eso podría favorecer a países como Rusia y China, e incluso, quizás, paralizar los desastres de la política exterior americana del último cuarto de siglo, con su factura de más de cuatro millones de muertos y 40 millones de desplazados, según el recomendable estudio de la Universidad Brown, “Costs of War”.
¿Cómo está afrontando China los cambios geopolíticos en curso?
En general es mucho más activa en el mundo. Por un lado está fortaleciendo una red internacional sin Occidente desde organizaciones y foros como la Organización de Cooperación y Seguridad de Shanghai, los Brics, o el Banco Asiático de Inversiones e Infraestructuras (AIIB) que es la segunda institución de desarrollo multilateral más grande del mundo. Por otro, se está preparando para afrontar las claras señales de guerra que le lanzan diariamente los políticos y militares de Estados Unidos. Pekín se está preparando no para ser una potencia hegemónica global, pero desde luego sí para vencer en una guerra militar con Estados Unidos en Asia Oriental. Para eso han desarrollado un gran potencial de misiles con los que eliminar grupos navales enteros frente a sus costas, tienen la mejor tecnología de drones, aéreos y submarinos y una gran capacidad de intercepciónelectrónica. Las sanciones han incrementado su esfuerzo en alta tecnología. El Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI), observa 44 áreas de ciencia y tecnología. China es líder en 37 de ellas, dice. Cada año en China se gradúan cuatro millones de especialistas en STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). En Estados Unidos se gradúan 800.000, pero gran parte de ellos son chinos.
¿Qué impacto tiene la falta de gestión internacional del cambio climático?
Con problemas globales como el peligro nuclear o la desigualdad social y regional se puede trampear y convivir aunque sea peligrosamente. Con la crisis climática no se puede, porque aumenta conforme no haces nada para atajarla. El Presidente colombiano Gustavo Petro ha dicho que “lo que el poder militar bárbaro del norte ha desencadenado sobre el pueblo palestino es la antesala de lo que desencadenará sobre el éxodo de centenares de millones de los pueblos del sur, cuando por la crisis climática quedemos sin agua”. Da que pensar."
Está claro que Trump anuncia malos tiempos para las mujeres y para los emigrantes, por ejemplo, pero en materia de política exterior es mucho menos previsible. Ha colocado a gente diversa y contradictoria en puestos clave. Su criterio parece ser la fidelidad. Ha sufrido dos atentados y está por ver si es capaz de desafiar al “deep state” como a veces pavonea. Su promesa de tarifas y guerra comercial contra todos, incluidos aliados, podría aumentar la caída del nivel de vida de la mayoría desfavorecida, lo que puede acabar con el vector popular de su base social. Trump puede ser una especie de Boris Yeltsin americano que arme un buen estropicio en el país. Eso podría favorecer a países como Rusia y China, e incluso, quizás, paralizar los desastres de la política exterior americana del último cuarto de siglo, con su factura de más de cuatro millones de muertos y 40 millones de desplazados, según el recomendable estudio de la Universidad Brown, “Costs of War”.
¿Cómo está afrontando China los cambios geopolíticos en curso?
En general es mucho más activa en el mundo. Por un lado está fortaleciendo una red internacional sin Occidente desde organizaciones y foros como la Organización de Cooperación y Seguridad de Shanghai, los Brics, o el Banco Asiático de Inversiones e Infraestructuras (AIIB) que es la segunda institución de desarrollo multilateral más grande del mundo. Por otro, se está preparando para afrontar las claras señales de guerra que le lanzan diariamente los políticos y militares de Estados Unidos. Pekín se está preparando no para ser una potencia hegemónica global, pero desde luego sí para vencer en una guerra militar con Estados Unidos en Asia Oriental. Para eso han desarrollado un gran potencial de misiles con los que eliminar grupos navales enteros frente a sus costas, tienen la mejor tecnología de drones, aéreos y submarinos y una gran capacidad de intercepciónelectrónica. Las sanciones han incrementado su esfuerzo en alta tecnología. El Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI), observa 44 áreas de ciencia y tecnología. China es líder en 37 de ellas, dice. Cada año en China se gradúan cuatro millones de especialistas en STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). En Estados Unidos se gradúan 800.000, pero gran parte de ellos son chinos.
¿Qué impacto tiene la falta de gestión internacional del cambio climático?
Con problemas globales como el peligro nuclear o la desigualdad social y regional se puede trampear y convivir aunque sea peligrosamente. Con la crisis climática no se puede, porque aumenta conforme no haces nada para atajarla. El Presidente colombiano Gustavo Petro ha dicho que “lo que el poder militar bárbaro del norte ha desencadenado sobre el pueblo palestino es la antesala de lo que desencadenará sobre el éxodo de centenares de millones de los pueblos del sur, cuando por la crisis climática quedemos sin agua”. Da que pensar."
(Entrevista a Rafael Poch, Anna Balcells para el Punt Avui, blog, 07/01/25)
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