14.7.08

Jugar con las burbujas es lo que tiene... explotan, y más en España

“En economía no hay milagros. España es más vulnerable porque su crecimiento se basó en burbujas. La era del crédito barato no se acompañó de un cambio estructural.

España despierta bruscamente de su fantástico sueño de 14 años de crecimiento ininterrumpido, sacudida por una endiablada combinación de elementos adversos que ponen en jaque los fundamentos de su desarrollo económico. "No hay milagro español", afirma Juan Delgado, analista de la Fundación Europea Bruegel, y sí grandes burbujas: la inmobiliaria y la crediticia, que ahora explotan al unísono con la crisis de los mercados internacionales y la escalada de los precios del petróleo y las materias primas. "Hemos gastado por encima de nuestras posibilidades, sin abordar las reformas estructurales necesarias. Tenemos una dependencia excesiva de la construcción y nos faltan empresas competitivas", resume el economista. (…)

los economistas certifican que durante los años de vino y rosas España no ha resuelto la ecuación vital que le garantice el mantenimiento de su actual nivel de vida en la economía global. Y la gran incógnita del momento es cómo y con qué vamos a suplir esos cuatro puntos del PIB que puede acarrear la caída de la construcción, si desde el nacimiento del euro nuestro país ha perdido un 10% de competitividad respecto a los socios comunitarios.

Como el turismo difícilmente podrá dar de sí mucho más, y recuperar de la noche a la mañana la competitividad perdida es pura ilusión, el fantasma de la crisis portuguesa -seis años de crecimiento raquítico al borde de la recesión- ha empezado a asomarse entre las variantes posibles de la crisis. (…)

"No es que el último Gobierno del PP y éste del PSOE nos hayan engañado; es que ellos mismos estaban equivocados. Cometieron el error intelectual de no interpretar correctamente el significado del euro", sostiene José Luis Feito, presidente de la Comisión de Economía de la patronal CEOE. "No comprendieron que el crecimiento español era resultado del bajo interés de los créditos derivado de nuestra entrada en el euro y abrieron alegremente los portones del alto consumo y un crecimiento tan elevado como insostenible en el tiempo". (…)

"Tenemos el mayor nivel de endeudamiento familiar y empresarial del mundo a tipos de interés variables, la economía en la que más pesan los activos inmobiliarios -muy sensible, por tanto, a la caída del precio de las viviendas, que a su vez lastra la capacidad de solicitar créditos hipotecarios- y somos el país más dependiente en energía importadora en relación con el PIB". (El País, ed. Galicia, Sociedad, 08/07/2008, p. 30/1)

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