23.9.08

Culpables financieros

Los que no se enteraron. Las agencias de calificación de riesgo no avisaron del caos que se avecinaba. (…)

El conflicto de intereses está en el núcleo de todas las críticas. Durante años, las agencias ayudaron a los bancos de inversión -a cambio de cuantiosas tarifas- a colocar en el mercado créditos hipotecarios en forma de complejos activos financieros. Al preparar una emisión de esos bonos, las agencias garantizaban a los colocadores una buena calificación para el producto, que así se vendía más fácilmente.” (El País, Negocios, 21/09/2008, p. 15)

Recompensados por hundir Wall Street. Los ejecutivos de los bancos afectados por la crisis ganaron 236 millones. (…)

Las críticas se centran en tres flancos. En primer lugar, se cuestiona si los sueldos de los últimos años se justifican por la creación de valor aportada (teniendo en cuenta el actual desplome bursátil). En segundo lugar, se denuncia que quizá la forma elegida para establecer las retribuciones, con gran peso del bonus, habría podido incentivar a los directivos a tomar más riesgos de los convenientes para lograr objetivos a corto plazo, aumentando así el agujero de las subprime. La última de las críticas se plantea tras desvelarse los blindajes millonarios que gozan estos gestores en caso de despido, con independencia de la herencia que dejen a sus accionistas.

En 2007, los máximos ejecutivos de las 16 entidades más afectadas por la crisis de crédito ganaron en total 334 millones de dólares (236 millones de euros), un 30% más que en 2005. La bola de nieve de las hipotecas basura ha costado a esas compañías pérdidas de 320.543 millones, se ha cobrado el empleo de 80.236 personas y ha jibarizado su valor bursátil desde septiembre de 2007.

(…) el caso del rescate de Fannie Mae y Freddie Mac… Los contratos de sus principales ejecutivos, Daniel Mudd (Fannie) y Richard Syron (Freddie), les aseguraban indemnizaciones por valor de 8 y 15 millones, respectivamente. Gracias al carácter semipúblico de las entidades, el Gobierno ha logrado que estos ejecutivos no ejecuten sus paracaídas de oro, aunque sí se embolsarán pensiones cercanas a los cuatro millones. (…)

Esta semana se ha conocido que el consejero delegado de Merrill Lynch, John Thain, y dos de los ejecutivos que fichó cuando entró en el banco hace menos de un año, podría llevarse un total de 200 millones de dólares por menos de un año de trabajo si el nuevo dueño de la entidad, Bank of America, les despide o les relega a unas funciones de menor rango.

Un caso similar ocurre en AIG, intervenida por la Reserva Federal para evitar su quiebra. Robert Willumstad se convirtió en el primer ejecutivo de la aseguradora hace tan sólo tres meses y en caso de despido tiene asegurada una indemnización de siete millones.” (El País, Negocios, 21/09/2008, p. 9)

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