"Los lectores se preguntarán si la Reserva Federal y los sistemas financieros estadounidenses podrían acabar quebrando como consecuencia de la carga que representan actualmente los rescates.
La comprensión profunda de los recursos macroeconómicos del Gobierno da a entender que entre el gasto fiscal deficitario del Tesoro estadounidense, primero, y el dinero nuevo que crea el sistema de la Reserva Federal, en segundo término, se podrían saldar todas las deudas del erario público denominadas en dólares, incluso si el caos de las hipotecas subprime fuera el doble de fuerte de lo que va a ser entre ahora y 2010. Por tanto, no hay realmente que temer que vaya a producirse la clase de depresión que el presidente republicano Hoover le legó al presidente demócrata del New Deal, Franklin Roosevelt.
Una vez que hayan comprendido este punto, deberían seguir preguntándose si el éxito de la ayuda a Fannie Mae, a FDIC y a otros organismos nuevos de préstamo hipotecario no hará que Estados Unidos se convierta en una economía típica de una república bananera, con una inflación galopante como la Alemania de 1923 o el Zimbabue de 2008. (...)
Todo se vuelve "quizás" cuando la transparencia se acaba y tiene lugar un hiperapalancamiento no realizado." (PAUL A. SAMUELSON: Al rescate obligado de bancos y Wall Street. El País, Negocios, 10/08/2008, p. 10)
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