Hay que acelerar la bajada de las tasas de interés nominales para evitar una mayor destrucción de empresas, más devaluación de activos y más pérdidas y quiebras de deudores, que pueden desencadenar como una bola de nieve una creciente recesión. Más allá de las políticas monetarias, parece claro ya que la inflación va a descender.
El ICO debería ocuparse masivamente del apoyo a las pymes, tal vez con un fondo complementario para operar directamente o para avalar. (...)Los bancos y cajas deben estar dispuestos a revisar las hipotecas, cobrando los intereses durante tres o cuatro años, y aplazando el pago del principal mediante la ampliación del plazo de amortización. No puede ser una fórmula general, ni normativa, pero sí generalizable por los operadores. Así contribuiremos a evitar el drama de muchas familias y a frenar un incremento de la morosidad innecesario.
Hay que actualizar la información sobre la totalidad de los compromisos de pago de las entidades financieras y vigilar la tasa a la que están captando recursos, porque de eso depende la suficiencia del rescate, la reanudación del crédito y el tipo de interés al que podrán prestar.
Bancos, cajas y empresas deben aclarar sus operaciones financieras en los mercados internacionales y transparentar sus registros contables -si los tienen-, para saber hasta dónde nos llega la infección.
Hay que estimular la demanda aumentando la inversión pública. Más allá de los presupuestos, empresas del Ministerio de Fomento y otros pueden acudir al BEI para la financiación de proyectos. Habrá líneas de crédito en buenas condiciones y nosotros necesitamos aumentar nuestro capital físico. Estas operaciones de inversión pueden compensar la caída de la actividad y estimular la recuperación.
Como estamos contra el reloj, no hay que resaltar la urgencia de estas y otras decisiones." (FELIPE GONZÁLEZ : Vuelve la política. El País, ed. Galicia, Opinión, 05/11/2008, p. 37)
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