Y un apenado Sir Fred Goodwin, ejecutivo del desastroso Royal Bank of Scotland, reconoció "grandes errores" y proclamó que "no podía estar más abrumado y deseoso de pedir perdón". Ni uno ni otro ha hecho lo que los ciudadanos realmente necesitamos: explicar, con pelos y señales, qué hicieron y cómo pudieron tomar esas decisiones tan letales (y productivas para ellos mismos) sin que ninguno de los organismos encargados de controlarles hiciera el menor gesto de alarma.
La inquietante realidad es que nadie ha explicado nada de nada. Se anuncian catástrofes, sacrificios, tiempos "dolorosos y difíciles" (advertencia de Paul Krugman para España en su reciente visita) y quienes los vamos a sufrir, en todo el mundo, no tenemos ni idea de por qué nuestros políticos, en el Gobierno y en la oposición, no hicieron nada para evitarlo. No sabemos por qué nuestras instituciones han sido tan ineficaces a la hora de protegernos." (SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ: Explicaciones, no disculpas. El País, Domingo, 22/03/2009, p. 13)
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