1.4.09

La titulación es lo que ha quebrado

"Después de 1980, por supuesto, surgió un sistema financiero muy diferente. En la era liberalizadora de Reagan, la banca a la vieja usanza fue sustituyéndose progresivamente por los tejemanejes a gran escala. El nuevo sistema era mucho mayor que el antiguo régimen: en vísperas de la actual crisis, las finanzas y los seguros equivalían al 8% del PIB, más del doble de su porcentaje en la década de 1960.

A principios del año pasado, el Dow incluía cinco compañías financieras: gigantes como AIG, Citigroup y Bank of America. Y las finanzas se volvieron cualquier cosa menos aburridas. Atrajeron a muchas de nuestras mentes más agudas y enriquecieron inmensamente a unos pocos selectos.

Tras el glamuroso nuevo mundo de las finanzas se ocultaba el proceso de titulización. Los préstamos ya no se los quedaba el prestamista. Por el contrario, se vendían a otros, que cortaban, troceaban y licuaban las deudas individuales para sintetizar nuevos activos. Hipotecas subprime, deudas de tarjetas de crédito, préstamos para automóviles, todo iba a parar a la licuadora del sistema financiero. Por el otro extremo, supuestamente, salían inversiones edulcoradas de primera categoría. Y los magos financieros recibían generosas retribuciones por supervisar el procedimiento.

Pero los magos eran fraudes, lo supieran o no, y su magia resultó no ser más que una colección de trucos baratos. Sobre todo, la promesa clave de la titulización -que fortalecería el sistema financiero al repartir más el riesgo- resultó que era mentira. Los bancos usaron la titulización para ampliar su riesgo, no para reducirlo, y de paso hicieron que la economía se volviera más, no menos, vulnerable a los vaivenes financieros.

Antes o después las cosas tenían que agriarse, y al final lo hicieron. (...)

No creo que esto sea simplemente un pánico financiero; pienso que representa el fracaso de todo un modelo de banca, de un sector financiero demasiado grande, que hizo más daño que beneficio." (Paul Krugman: La mística del mercado. El País, ed. Galicia, Economía, 28/03/2009, p. 26)

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