2.4.09

Solución, un estado del bienestar mundial

"Me preocupa cuando oigo hablar solamente de crisis financiera o de crisis económica. Por supuesto que estas crisis existen. Las manifestaciones son obvias y dolorosas. Pero lo que tenemos delante es el hundimiento de un modelo de capitalismo que no ha estado gobernado por la política, sino que ha estado en manos de una élite mundial, sobre todo financiera, descontrolada, que ha buscado su único beneficio.

No es cosa, pues, de codicia -que se supone-, sino de carencia de control democrático y de equidad a nivel mundial y en la mayoría de los países. Lo peligroso es que esas élites, salvo excepciones, siguen siendo las mismas y con las mismas ideas.

Porque, ¿dónde ha quedado la eficiente asignación de recursos de los mercados, la superioridad de lo privado sobre lo público, los criterios del famoso consenso de Washington? Toda esta seudoideología con la que nos han estado martilleando bajo la forma de pensamiento único nos ha conducido a la ruina más absoluta. Una vez más se ha demostrado que el capitalismo, sin la supervisión creciente -como creciente es la concentración de éste- de los poderes públicos democráticos, conduce a la depredación de las personas y de la naturaleza.(...)

¿No sería mucho más eficiente para la economía real dedicar una parte de esas ingentes masas de dinero al desarrollo global? Algo así hizo y hace la Unión Europea con la Europa del Sur y del Este. Ese método debería extenderse a nivel global, junto con Estados Unidos, Japón, China y otros.Habría sido oportuno intentar un European Deal, con participación de patronal y sindicatos. Pero ni tan siquiera ha sido factible una cumbre sobre el empleo, como proponía la Comisión. (...)

Miles de millones a los bancos y miles de trabajadores al paro es una mezcla explosiva. (...)

De esta crisis se puede salir con más de lo mismo o con otro modelo, más democrático, más social y, desde luego, sostenible. Creo que la época en que EE UU y Europa hacían y deshacían está superada. Hay que democratizar todas las instituciones internacionales; fomentar los procesos de integración regional que vaya creando una red de gobernanza coordinada global; apostar por un nuevo paradigma energético basado en las energías limpias; establecer nuevas reglas en el comercio mundial que incluya cláusulas de cohesión social; acabar con los paraísos fiscales, que son un auténtico robo a los fiscos, ¡y la gente se sigue preguntando dónde está el dinero! En una palabra, ir creando, paulatinamente, un Estado del bienestar global, única manera, en mi opinión, de mantener a la larga el que disfrutamos en Occidente.

Esta gran operación de crear un nuevo modelo de desarrollo democrático, social y sostenible tienen que liderarla las fuerzas progresistas, políticas y sociales, pasando a la ofensiva en el terreno de las ideas, de los valores, de las políticas y de las alianzas." (NICOLÁS SARTORIUS: Un Estado de bienestar global. (El País, ed. Galicia, Opinión, 30/03/2009, p. 31 )

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