24.9.09

"Cuba teme más la riqueza de pocos que la pobreza de todos"

"Para la salud de Cuba, dice, "hacen falta los matices"; ya está bien de que unos y otros te obliguen a escoger entre todo o nada. De la Torre confirma que hoy por hoy "lo que más abruma a los cubanos es ganarse la vida dignamente con su trabajo". Cree que desde la crisis de los noventa la gente ha sido más creativa y ágil para buscar alternativas que el Estado en legalizarlas e instrumentarlas, y eso pasa factura. "Se teme más a la riqueza de unos cuantos que a la pobreza de todos". Esto tiene que ver con otra de las "angustias existenciales" de sus compatriotas. "Hay una permanente influencia de las estructuras de gobierno en la vida privada, y mucha gente siente que su propia vida no le pertenece". (...)

El llamado Periodo especial fue también una situación límite para los cubanos. Cada día la gente se levantaba con una nueva carencia y se convirtió en normal lo anormal. "Los valores se deterioraron: robar o prostituirse era 'luchar' y se extendió la doble moral". Entre las secuelas, asegura, una es especialmente dolorosa: una generación que se sacrificó por la revolución ha visto cómo sus hijos se iban del país. "Ante la situación extrema que vivimos, cualquier intransigencia, odio o intolerancia está de sobra", enfatiza. Pone como ejemplo el concierto de Juanes en la Plaza de la Revolución. "¿Cómo puede desatarse el odio ante la posibilidad de unirnos y cantar juntos por la paz?". De la Torre es crítica, pero no reniega. Piensa que "Cuba ha demostrado que un país pobre puede aspirar a un proyecto de seguridad e igualdad social". Pero ahora hay que hacer algo, cambiar. Asegura que la forma de contribuir a un futuro mejor es participar, no callarse. Lo peor es la parálisis actual: "Es como si todos fuésemos menos valientes de lo necesario". Y se toma el café." (Carolina de la Torre. El País, ed. Galicia, última, 23/09/2009)

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