28.1.10

El fundador de los Legionarios de Cristo fue pederasta

"Marcial Maciel soñaba con ser proclamado santo universal... y acabará en los infiernos más profundos de su iglesia. Los últimos descubrimientos sobre la doble y exagerada vida del famoso fundador de los Legionarios de Cristo y del grupo sacerdotal Regnum Christi no dejan lugar a dudas, y eso que aún no ha concluido la investigación ordenada hace un año por Benedicto XVI. Lo que ya se sabe es demoledor. El líder de uno de los más exitosos movimientos del nuevo catolicismo no sólo fue notorio pederasta y drogadicto. También tuvo hijos -al menos cuatro, quizá seis- con varias mujeres, plagió descaradamente el libro de cabecera legionario, titulado El salterio de mis días, e impuso a toda la organización un cuarto voto de silencio para guarecerse de denuncias. (...)

Martínez de Velasco afirma, además, que las acusaciones de pederastia contra Maciel prácticamente no se han investigado porque estaban suficientemente contrastadas. Las primeras denuncias sobre abusos sexuales en centros de la Legión llegaron al Vaticano en la década de los años cincuenta del siglo pasado, durante el pontificado de Pío XII, paternal protector también del sacerdote mexicano. Éste había llegado a Roma avalado por su parentesco con un tío abuelo suyo, Rafael Guízar, obispo de Veracruz y en proceso de canonización por Benedicto XVI como uno de los héroes de la persecución y guerra de los Cristeros en el México revolucionario de los años treinta del siglo XX. Sin embargo, un libro publicado en México con el título El Legionario, escrito por Alejandro Espinosa, sostiene que el obispo Guízar murió envenenado con cianuro por el propio Maciel. "Guízar acogió a su sobrino en su seminario clandestino, pero la buena relación entre ambos duró hasta que el obispo descubrió que el joven Maciel le estaba pervirtiendo su seminario con relaciones sexuales con otros estudiantes. El día en que el obispo murió había tenido una discusión muy fuerte con Maciel", sostiene.

Apoyado con información de algunos testigos del suceso y con confesiones que el mismo Maciel le hizo cuando tenía con él una relación muy cercana, Espinosa armó esta hipótesis. "La muerte de monseñor Guízar no quedó esclarecida. Y cuando años después exhumaron su cadáver, se le halló incorrupto y con el pelo rojizo, tal y como deja el cianuro a los cuerpos. Pero la gente se fue por el lado del milagro", sostiene este ex legionario, él mismo sometido a abusos cuando estudiaba en el seminario que la Legión posee en Ontaneda (Cantabria). Hoy vive retirado en el campo mexicano, con estrecheces económicas y, aún, amenazado por antiguos correligionarios. En cambio, el postulador en México de la causa de canonización de Guízar, el sacerdote Rafael González Hernández, tacha de absurda la historia. "Monseñor Guízar murió en 1938 a causa de una insuficiencia cardiaca y de un ataque de diabetes. Tenía 60 años y ya era un anciano decrépito y acabadísimo, pues gastó su vida al servicio de los fieles. Efectivamente, 12 años después de su muerte, en 1950, sus restos fueron exhumados y se encontraron incorruptos", afirma.

Lo cierto es que, con informaciones de acá y de allá, más lo que le han aportado ya los visitadores, el Papa tiene datos suficientes sobre la situación de la Legión de Cristo y sobre las acusaciones contra el fundador y algunos de sus colaboradores" (El País, Domingo, 24/01/2010, p. 8/9)

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