Los paralelismos con esa fatídica semana son numerosos: esta vez eran varios Gobiernos (Grecia, Portugal, España, Irlanda e Italia) los que tenían dificultades heredadas de la crisis financiera, y eso acabó secando el mercado interbancario, como ocurrió en otoño de 2008: los bancos también estaban en peligro. Las entidades financieras norteamericanas dejaron de prestar a los bancos europeos, temerosos por la cantidad de deuda pública de países potencialmente peligrosos. Y los mercados se contagiaron de esa incertidumbre. (...)
La atmósfera de tensión de la cena del viernes aumenta a medida que se fragua la convicción de que lo que está en riesgo no es Grecia o el contagio a España y Portugal, sino la supervivencia del propio euro. (...)
Durante el sábado y el domingo por la mañana dos equipos trabajan paralelamente en el diseño de la estrategia de defensa del euro. Por una parte, el Comité Económico Financiero (CEF), el organismo que prepara el Ecofin, integrado por los secretarios de Estado de Economía. Por otro lado, los técnicos de la Comisión Europea ultiman los detalles técnicos del mecanismo de estabilización financiera con un techo máximo de 500.000 millones. Fijado, una vez más, por Merkel. (...)
A estos 500.000 millones de la UE se unirán otros 250.000 millones del FMI. Al final ve la luz el instrumento solicitado tres meses antes -tres meses antes- por el presidente de los socialistas europeos, Poul Nyrup Rasmussen. (...)
- Ajustarse el cinturón (o la camisa de fuerza). El acuerdo sobre el Mecanismo Europeo de Estabilización está estrechamente condicionado al compromiso de un ajuste serio por parte de España y Portugal, los dos países que junto a Irlanda han sufrido mayores encarecimientos de sus deudas por el virus griego. El Ecofin también se retrasó tantas horas por la resistencia de la vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, a que en la declaración final apareciera el compromiso de un ajuste adicional para España y Portugal. Aunque Salgado logró impedir que el compromiso cuantitativo no apareciera en la declaración tras una noche de forcejeos con Alemania, Holanda, Finlandia, Suecia y con el vicepresidente del BCE, Lucas Papademos, la realidad acabó imponiéndose.
El pasado miércoles Zapatero anunció una drástica reducción del gasto por valor de 15.000 millones , con recortes del 5% en los salarios de los funcionarios y congelación de las pensiones. Sócrates anunció a finales de semana un plan para darle un tijeretazo al déficit también en dos años. (...)
- Crisis para rato. Pero las medicinas e instrumentos anunciados hasta ahora siguen sin remediar la crisis. Antoni Castells, consejero catalán de Economía tras haberse pasado varios años en las instituciones europeas, asegura que a pesar de haber ido a remolque y arrastrando los pies, las medidas aprobadas "son un paso decisivo, el embrión de un Tesoro europeo fundamental para complementar la unión monetaria". Aun así, las incertidumbres no han desaparecido ni por asomo. "Con los planes de austeridad en los países más atacados vendrá una caída de la demanda que acentuará el otro gran desequilibrio de Europa: el superávit comercial de Alemania es insostenible, tanto como los déficits sureños. También hay que dar pasos en esa dirección o de lo contrarioel euro seguirá en peligro".
La crisis deja al menos una lectura más. En las propias filas de los defensores del mercado se levantan voces que subrayan "la crisis de legitimidad de la economía de mercado provocada por el aumento de la desigualdad", señala Simon Tilford, economista jefe del Center for Economic Reform. " (El País, Negocios, 16/05/2010, p. 4/8)
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