17.6.10

La crisis de la deuda soberana no está causada por el Estado de Bienestar

"La furia con que los ricos y los poderosos se aprestan ahora a castigar a unos trabajadores pobres supuestamente causantes del lío choca, por lo pronto, con una muchedumbre de pruebas que muestran que la actual crisis de la deuda soberana no está causada por un gasto social elevado, sino por una súbita caída del ingreso público debida a la recesión económica, causada a su vez por el desplome de unos mercados crediticios dominados por la contabilidad fraudulenta permitida en las finanzas estructuradas, finanzas de las que es exclusiva y directamente responsable la elite financiera. (...)

Hay robustos indicios de que los votantes de países con sistemas políticos democráticos multipartidistas han sufrido un lavado de cerebro que les induce a creer que el capitalismo de libre mercado con mínimas intervenciones públicas es la única vía a la prosperidad. Los votantes han sido subliminalmente condicionados para adquirir una ideología antiestatista en flagrante contradicción con sus exigencias de generosas redes de seguridad socioeconómica, que sólo el Estado puede proporcionar.

Cuando en la vida social el incauto débil resulta convencido por el retorcido fuerte de que el estado es el problema, y no la solución, los débiles quedan atrapados en un clima político que permite la destrucción de su único protector institucional, puesto que la función existencial del gobierno, con independencia de su color político y económico, es proteger al débil del fuerte. (...)

Para millones de trabajadores y de recién licenciados, las medidas que se acaban de adoptar significan un incremento de los niveles de desempleo y de pobreza. En particular, la pobreza de la tercera edad volverá a ser un fenómeno masivo en Europa. No quedará nada del Estado de Bienestar de postguerra. Un estudio realizado en los EEUU por los investigadores del Carnegie Endowment for International Peace concluye que “los Estados de Bienestar levantados en toda Europa desde los años 40 del siglo pasado con el objetivo de erradicar el malestar popular y mitigar las tensiones que pudieran llevar a otra guerra continental” son “incosteables”. Lo que no se dice en el estudio es que sólo sería incosteable, si se sigue tolerando la disparidad de ingresos y la polarización de la riqueza. (...)

En un régimen de dinero fiduciario, es responsabilidad del banco central asegurar una oferta adecuada de dinero. Los déficits fiscales presupuestarios que se usan para justificar el desmantelamiento del Estado de Bienestar son el resultado de la mala distribución sistemática del ingreso y de la riqueza: se sacan de las clases bajas que trabajan realmente para transferirlos a una cúspide que se limita a trabajos de manipulación.

Desde fines de los 70 y durante un cuarto de siglo, tanto los gobiernos de derecha como los de centroizquierda han venido reduciendo los impuestos al ingreso y a la propiedad de los ricos, deprimiendo los salarios sirviéndose del desempleo estructural como herramienta para combatir la inflación y abdicando de la responsabilidad del estado en el mantenimiento de la justicia económica. (...)

La deuda pública se ha disparado drásticamente en los dos últimos años por los billones que los gobiernos, dirigidos políticamente por fundamentalistas del libre mercado, bombearon a los bancos en peligro para evitar un colapso generado por la especulación de propietarios de títulos en mercados desregulados. Cifras recientemente publicadas por la Bundesbank alemana muestran que en 2008 y 2009 cerca del 53% de la deuda pública nueva alemana se usó para el rescate de instituciones financieras en problemas. La deuda pública nueva total creció en esos dos años unos 183 mil millones de euros; los costes que entrañó sostener a las instituciones financieras en problemas montaron 98 mil millones de euros." (Sin Permiso, 13/06/2010, citando a ' Los halcones del déficit no se atienen a los hechos objetivos', de Henry C. K. Liu )

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