La salud del sistema bancario europeo se ha convertido en un contratiempo para los inversores, que ven cómo cada día surgen nuevos problemas en torno a algunas entidades. Ayer le tocó el turno a la banca francesa, ante la rebaja de calificación a BNP Paribas por parte de la agencia Fitch. La banca francesa se vio arrastrada por esa noticia aunque, curiosamente, al final de la sesión otros bancos salían peor librados que BNP.
En España, las cosas mejoraron ligeramente al advertir la agencia Moody's que la banca española ya había provisionado el 75% de sus pérdidas potenciales, lo que restaba importancia a la noticia del día anterior, pero no calmaba del todo al mercado. (...)
La banca española está bastante sana y las medidas de ajuste adoptadas garantizan el crecimiento a medio plazo, según el FMI, pero en los mercados la percepción actual es muy diferente, sobre todo cuando los países del entorno también aplican medidas que ralentizarán su crecimiento." (El País, ed. Galicia, economía, 23/06/2010, p. 21)
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