BBVA colocó ayer 2.000 millones de euros en cédulas hipotecarias a tres años, la primera emisión de una entidad de este país que tiene éxito desde el 19 de abril.
La crisis de la deuda griega hizo girar la mirada hacia otros países periféricos con altos niveles de déficit como España. Los rumores de contagio algunos de ellos claramente malintencionados y los altos vencimientos de la deuda pública española que tenían lugar en julio señalaron a los bancos españoles, principales compradores de títulos del Estado, como los siguientes en ver explotar una bomba de relojería en sus balances. Cada vez que una entidad financiera de este país, la que fuese, intentaba colocar títulos, recibía un portazo en las narices.
Ayer los melindres se convirtieron en apetito feroz. BBVA, según fuentes del mercado, tenía pensado a primera hora emitir 1.000 millones pagando dos puntos por encima del euríbor. A las dos horas de poner los títulos en el escaparate tenía a 164 inversores pidiendo 3.200 millones. La entidad que preside Francisco González sacudió la cabeza: "Pon más títulos y baja algo la rentabilidad" fue el mensaje. 2.000 millones a euríbor más 1,95 puntos. Funcionó.
A media tarde, cuando llovían las llamadas desde la City londinense felicitando al banco, tomaron conciencia de lo ocurrido: habían abierto las puertas del mercado. Inversores alemanes se habían hecho con el 25% de los títulos, los franceses se quedaban con el 15%; los de Reino Unido, el 12%. La demanda asiática se disparaba hasta el 18%.
En ese momento llegaba la mala noticia. A la bolsa la colocación le parecía cara. Las acciones de los dos grandes bancos se dieron la vuelta (BBVA cayó un 0,96% y Santander un 0,75%). Las de los bancos medianos cayeron aún más. Ahora el mercado espera que se sucedan las emisiones de deuda de la banca y a estos últimos les puede salir mucho más caro.
El precio es alto si se compara con la rentabilidad que se exigía antes de la sequía, un máximo de 1,2 puntos sobre el euríbor e incluso la mitad. Sin embargo, fuentes del mercado señalan que no se puede considerar alto un precio del 3,5% de interés como el que va a pagar BBVA cuando la banca está ofreciendo depósitos al 4% para lograr liquidez. Mucho menos cuando se trata de la primera emisión que funciona y cuando solo la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de mantener la liquidez infinita a los bancos ha salvado a los españoles del desastre.
Uno de los motivos de que las emisiones privadas de la banca empiecen otra vez a encontrar clientes, explica el economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, está en la caída de la rentabilidad de los bonos de deuda pública española, con los que compiten por atraer a los inversores los títulos de bancos y empresas. El bono español a dos años estaba ayer al 2,1%, su precio más bajo en un mes." (Público, 20/07/2010)
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