3.9.10

Cómo aflorar un millón de empleos

"En este sentido, los servicios a la persona (SAP), un sector de actividad omnipresente en el devenir diario de la totalidad de los hogares de nuestro país, tienen un potencial de creación de hasta un millón de puestos de trabajo regulados que en la actualidad se están prestando en su inmensa mayoría desde la economía sumergida.

Resultaría arrogante asegurar que todo ese potencial se pueda capitalizar de la noche a la mañana y de forma sencilla, pero sí me atrevo a afirmar que un correcto desarrollo del sector de los SAP no resultaría muy complicado y permitiría la creación de al menos 700.000 puestos de trabajo regulados en España antes de que finalice 2013 y a un coste cero para las arcas del Estado. (...)

Encuadran tres grupos básicos: los servicios a la familia, donde están incluidas actividades tales como el cuidado de niños y mayores, las clases particulares a domicilio o la asistencia informática en el domicilio; los servicios para la calidad de vida y la salud, referidos a los cuidados no prestados por el sector público a convalecientes, discapacitados o dependientes, entre otros; o los servicios de asistencia al hogar, que consisten en el apoyo en tareas domésticas y las pequeñas reparaciones o adaptaciones del hogar. (...)

Para que el sector se desarrolle plenamente es necesario que la Administración tome medidas. En mi opinión, el primer paso es la creación de una Agencia Nacional de Servicios a la Persona que cuente con al apoyo de todas las fuerzas políticas y sociales y cuyo objetivo primordial sea la promoción de la distribución de los servicios a la persona en cualquier lugar de España, permitiendo el desarrollo de un nuevo sector empresarial de creación intensiva de empleo no deslocalizable.

Se encargará, además, de promover una modificación especial de la normativa laboral y fiscal del sector que permita mejorar las condiciones generales de los asalariados y su formación. Esta agencia tiene que delimitar el listado de actividades específicas a incluir como servicios a la persona e implantar un mecanismo de acreditación nacional de empresas prestatarias que garantice la cobertura geográfica y de calidad de los servicios. (...)

Entre otras, será necesario la aplicación de un IVA muy reducido para las actividades del sector, la incorporación de deducciones en el IRPF para los particulares que contraten de forma regulada estos servicios, la disminución de cotizaciones sociales para los empleadores del sector y deducciones en el impuesto de sociedades para aquellas empresas que aporten a sus empleados estos servicios como medio de conciliación laboral. (...)

Todas estas medidas tienen que ir acompañadas de sistemas de pago transparentes de los servicios que incorporen automáticamente todas las retenciones fiscales correspondientes y permitan a la Administración mantener el control sobre la actividad realizada. (...)

En Francia se percataron hace cinco años de los beneficios que les reportaría el desarrollo del sector y, mediante la aprobación de la denominada Ley Borloo, en 2005, decidieron apostar por un desarrollo regulado de los servicios a la persona que les permitió crear medio millón de nuevos puestos de trabajo estables y de calidad en los primeros tres años de aplicación de la ley.

Allí comenzaron con un número reducido de actividades reguladas como servicios a la persona, tales como el cuidado de los niños y dependientes, los servicios de limpieza a domicilio o las clases particulares. Tras constatar el éxito y la viabilidad de las medidas adoptadas, han ido incrementando el catálogo, incluyendo otros servicios como el cuidado de jardines, la asistencia informática a particulares o el servicio de peluquería en el domicilio." (Javier Benavente Barrón: Cómo aflorar un millón de empleos. el País, Negocios, 08/08/2010, p. 15)

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