Dejando a un lado el coste de los rescates financieros y los programas de la red de seguridad como el seguro por desempleo, el gasto federal solo ha aumentado ligeramente (y este aumento se ha visto contrarrestado en gran parte por los recortes a escala estatal y local). El Congreso ha forzado muchos de estos recortes y se ha negado a aprobar una ayuda adecuada para los Estados. (...)
Al negarse a costear inversiones esenciales, los políticos están perpetuando el paro y sacrificando el crecimiento a largo plazo. ¿Y por qué no? Después de todo, esta parece ser una estrategia electoral ganadora.
Toda visión de un futuro mejor parece haberse esfumado y ha sido sustituida por una cerrazón en no ver más allá de la noción más limitada y corta de miras de lo que constituye el interés propio.
Llegados a este punto, desearía poder decir algo optimista. Pero, al menos por ahora, no veo ninguna luz al final de este túnel." (Paul Krugman: El final del túnel. El País, Negocios, 10/10/2010, p. 25)
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