22.10.10

¿Qué anda mal en el impuesto de la renta?...

"Su problema es que grava sobre todo las controladas rentas salariales. Se le escapan muchas no salariales y muchas del capital, esto es, los más rico. (...)

El IRPF no es excesivamente progresivo. Ciertamente, los pagos están muy concentrados. Por ejemplo, el 10% de los declarantes paga casi el 50% de lo recaudado. Pero ese mismo 10% más rico tiene casi el 40% de la renta declarada. Simplemente, buena parte de la concentración del IRPF se deriva de la concentración de la renta, no de la progresividad. (...)

Por tanto, según los parámetros de los países avanzados de la UE, el IRPF español no es alto ni excesivamente progresivo. En todo caso, el principal problema del IRPF no es su progresividad. Es que, lejos de gravar toda la renta de todos los contribuyentes, solo grava ciertas rentas de algunos contribuyentes.

Esto crea una inequidad horizontal (contribuyentes iguales pagan impuestos diferentes) inaceptable, y erosiona notablemente la capacidad recaudatoria del impuesto. La inequidad horizontal del IRPF se debe a dos causas: el fraude y la normativa del impuesto.

Casi el 95% de la renta declarada en el IRPF ha sido retenida previamente. Lo no retenido esencialmente no se declara. Y lo que no se retiene son las rentas no salariales y muchas de las formas de rentas del capital percibidas por los más ricos. El fraude alcanza la desfachatez cuando, aprovechando la normativa y la falta de inspección en Sociedades, los empresarios y las rentas elevadas utilizan empresas para eludir el pago del IRPF. (...)

El fraude en España es muy elevado por dos causas. Primero porque desde hace muchos años no hay voluntad política para eliminarlo. Segundo, porque es la elección racional de cualquier contribuyente sin rentas retenidas.

Cuando la probabilidad de detección es casi nula, si te detectan es poco probable que te descubran todo, si te descubren la sanción es pequeña, y si todo va mal, hay vías para evitar el pago en ejecutiva, lo razonable es defraudar. La declaración de rentas no retenidas se convierte casi en una donación graciosa al Estado. (...)

La segunda causa de inequidad horizontal es el diseño del impuesto. El IRPF exime de tributación algunas rentas, bonifica otras (incluyendo las rentas plurianuales) y prima algunos usos de la renta (como la compra de planes de pensiones o de vivienda). Una de las inequidades más importantes se produce porque, con el impuesto dual vigente, las rentas del capital tributan a un tipo menor que incluso el mínimo aplicable a las rentas del trabajo.

Para ver la magnitud de estas inequidades baste señalar que, por ejemplo, en el año 2011 el Estado gastará en incentivar las pensiones privadas más de 1.700 millones de euros (bastante más de lo que se ahorra no revalorizando las pensiones públicas).

El coste de las ayudas a la vivienda (incluyendo una dudosa ayuda para obras de mejora y otra aún más dudosa exención por reinversión de plusvalías en la vivienda propia) llega a casi 9.000 millones de euros.

La equidad horizontal exige eliminar las exenciones, las bonificaciones y todas las deducciones no ligadas a la renta. También debe eliminarse la dualidad retornando a un impuesto que grave toda la renta de forma progresiva. (...)

En realidad, muchas de las propuestas de simplificación son solo excusas para reducir la equidad, progresividad y visibilidad del IRPF." (IGNACIO ZUBIRI: ¿Qué anda mal en el impuesto de la renta? . El País, opinión, 19/10/2010, p. 29)

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