Permiten al comprador intercambiar deuda quebrada (default) por otra de máxima seguridad. O sea, alemana. El inversor, a cambio de operar, solo paga una reducida prima. (...)
Una de las prácticas más utilizadas para especular contra un país, explica, es lo que en la jerga financiera se denomina "simultánea de deuda pública". La idea es que el gestor adquiere prestados, no en propiedad, títulos de deuda e inmediatamente los vende a futuro (forward) a un precio concreto.
La venta (sobre todo la efectúan los bancos de inversión a través de CDS) se hace de manera masiva y en un solo día. Con el dinero obtenido se compran títulos alemanes que reemplazan a los españoles en la cartera del gestor.
¿Consecuencia? Bajan los precios de la deuda española por la venta y la alemana sube al comprarse. Al tiempo, el diferencial de España aumenta, con todos los problemas que esto acarrea. (...)
Y es que una seña de identidad de la industria económica de nuestro tiempo es la desmesurada capacidad de multiplicar la inversión que tienen muchos instrumentos financieros.
Como describe Raúl Molina, analista de IG Markets, "la operativa de contratos por diferencia (CFD, según sus siglas en inglés) sobre índices bursátiles y Forex (mercado internacional de divisas) es donde realmente obtendríamos un mayor efecto apalancamiento".
Analicemos un ejemplo. Aunque dependerá de la cotización de cada subyacente (hay más de 11.000) en un momento concreto, los CFD permiten apalancar la inversión hasta 170 veces en el caso del Ibex o 215 si hablamos del índice SPX 500.
Pero si jugásemos en el Forex, esta cifra podría llegar, como en el supuesto del euro-dólar, a 280 veces. Y no es una operativa cara. A estos mercados se puede acceder a partir de 50 euros. (...)
Se dividen en contratos de futuros y en opciones de compra (call) y venta (put). Cotizan en mercados organizados, requieren muy poco desembolso (unos 100 euros) y permiten trabajar con nominales altos a partir de una garantía muy limitada (10%-15%) de la inversión. (...)
Dentro de la singular familia de los derivados, los llamados OTC (over the counter) no están controlados por ningún mercado organizado y poseen un enorme potencial especulativo. Son acuerdos bilaterales entre bancos, y en algunos casos se da acceso a ellos a grandes clientes a través de diferentes líneas de crédito.
Estos contratos están fuera del balance de las entidades. Y se estima que la suma de los nominales del mercado OTC es de 500 billones de dólares, 10 veces la capitalización de todas las Bolsas del planeta.
Un carácter menos agresivo es el que poseen los fondos cotizados o ETF, por sus siglas en inglés. Son fondos indexados que replican el comportamiento de un determinado índice de referencia, tanto al alza como a la baja, pudiendo además apalancarse.
Eso sí, sus participaciones se liquidan y negocian igual que acciones, lo que les da más liquidez y un precio bajo de entrada. "Al estar listados en Bolsa, es una acción. Es decir, se puede entrar en un ETF comprando un título del mismo.
El precio varía dependiendo del fondo cotizado que sea y su cotización en ese momento. Los hay desde 10 euros", dice Jesús Medina, del área de ventas de renta fija de Deutsche Bank. (...)
Así sucede al usar estrategias como las ventas al descubierto, que consisten en enajenar títulos que no se tienen, esperando poder comprarlos a un precio más reducido y saldar la operación con beneficios.Para que esta operativa tenga "éxito", las cotizaciones de las acciones o índices en los que el inversor ha vendido a corto deben bajar de precio." (El País, Negocios, 14/08/2011, p. 18)
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