6.9.11

Irlanda: "puso de plazo hasta el jueves para que el hospital de Tallaght dejara de colocar a los pacientes de urgencias en carritos por los pasillos"

"¿Cómo se puede obligar a los ciudadanos a pagar 15 millones de euros por un centro comercial en un país extranjero mientras ven cómo se acaban sus propios servicios sanitarios por restricciones presupuestarias? Así es la absurda situación que viven ahora los irlandeses, expone un columnista. (...)

Lo que ha ocurrido con esta crisis no es que el Estado haya estallado. Más bien se ha dividido en dos. Tenemos dos Estados paralelos, cada uno con su propio idioma y valores.

El primer Estado es el país de la Agencia Nacional de Gestión de Bienes o NAMA (*), un reino demente cuyos súbditos disponen de recursos infinitos. Las cifras que se barajan en el reino de la NAMA son tan inmensas que literalmente escapan a la razón. Veamos cómo funciona este lugar con un ejemplo concreto.

Nos situamos en Dumbarton, una pequeña población en el río Clyde, al oeste de Escocia. Es un lugar que únicamente nos suena por el soporífero zumbido de nombres monótonos al final de los resultados de fútbol: Stenhousemuir, Brechin, Forfar, Dumbarton.

Tiene un centro comercial compuesto por bloques de hormigón de los años sesenta, entre cuyos inquilinos se encuentran, para su información, establecimientos como Peacock’s, New Look y Bonmarché. ¿Por qué les cuento esto? Porque este centro comercial en Dumbarton recientemente nos ha costado, a ustedes, a mí, a nuestros hijos, casi 15 millones de euros.

Esto es lo que ocurrió. Una empresa promotora británica, Vico, restauró y amplió el centro comercial y lo vendió a un inversor privado por 4,5 millones de euros. El inversor privado lo vendió posteriormente a Jermon, una empresa de Irlanda del Norte, por la asombrosa suma de 20 millones de euros.

Jermon quebró y el mes pasado, el grupo La Salle de gestión de inversiones con sede en Londres compró el centro de Dumbarton por 5,5 millones.

Habrán advertido que este complejo en ningún momento fue propiedad de alguien en la República de Irlanda. La propiedad pasó de Escocia a Irlanda del Norte y de ahí, a Inglaterra. Pero Jermon pidió prestado el dinero para comprar el centro de Dumbarton a Anglo Irish Bank, Allied Irish Banks y al Bank of Ireland.

Sin embargo, casi seguro que la fuente de ese dinero en última instancia era un banco alemán, francés o británico. Los bancos irlandeses en su fase maníaca fueron el medio con el que los camellos continentales alimentaban el hábito de un promotor del Reino Unido.

Sin embargo, la NAMA eliminó los préstamos de los libros contables de los bancos y luego vendió el centro por 5,5 millones de euros, lo que supuso una pérdida de 14,5 millones.

De una forma u otra, ya sea por lo que pagó la NAMA directamente por los préstamos o por el capital que inyectamos a los bancos para rellenar los agujeros de sus balances, los contribuyentes normales han soltado casi 15 millones de euros simplemente para deshacerse de 120.000 pies cuadrados (unos 11.100 metros cuadrados) de tiendas en una pequeña población escocesa. (...)

En la otra Irlanda está sucediendo algo realmente horrible. Uno de los principales hospitales del país, Tallaght, está a punto de cerrar sus puertas a los pacientes de accidentes y urgencias. La semana pasada, la Autoridad de Calidad e Información Sanitaria puso de plazo hasta el jueves para que el hospital de Tallaght dejara de colocar a los pacientes de urgencias en carritos por los pasillos.

El juez de instrucción del condado de Dublín ha descrito el hospital como “un lugar muy peligroso para cualquiera y más para un paciente enfermo”. Un servicio social básico para medio millón de ciudadanos está al borde del colapso." (PressEurop, 1 septiembre 2011, The Irish Times Dublín)

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