"¿Provienen los males de la economía española de la herencia dejada
por el PSOE al PP? Ojalá, porque entonces, más tarde o más temprano,
muerto el perro, muerta la rabia. Pero no es así.
¿Cometió el anterior Gobierno un “engaño muy grave” con las cuentas
públicas de 2011, como, subiendo el tono en la subasta de adjetivos,
aseveró el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante el debate
presupuestario? Un engaño que estaría destinado a tapar un “déficit
oculto”, según sus voces amigas. Pero no es así. (...)
No es muy genial que el Gobierno de España dispare a los pies de la
credibilidad estadística de España, construida por los sucesivos
Ejecutivos, todos ellos en este aspecto fiables.
¿Por qué erraron las previsiones Zapatero / Salgado para 2011? Fuera
psicoanálisis, solo cifras. Ocurrió que la recuperación internacional de
los primeros meses se truncó a partir de Fukushima, Libia y el estertor
del impago griego. La ralentización afectó a España sobre todo en el
último trimestre, al crecer su PIB solo en un 0,3%, contra un 0,9%, 0,8%
y 0,8% de los tres primeros. (...)
De modo que tiene alguna explicación que los Gobiernos cesantes
confiasen casi hasta el final en un buen resultado. Y de hecho casi lo
obtuvieron en la Administración central, al desviarse solo tres décimas.
En las autonomías, la responsabilidad fue muy compartida, ¿cuántas
veces habrá que repetirlo? (...)
Ojalá que a Montoro le lluevan todos los ingresos que prevé. Pero si le
saliesen mal, por favor, que nadie le devuelva la misma moneda
acusándole de “engaño muy grave” y culpando a su —ya será evaluable,
tras un año— “herencia”. Sería disparar contra todos. Si no se modera el
catastrofismo contra los Gobiernos, la catástrofe será de todos ellos, o
sea, de España. Y entonces solo quedará un recurso: contratar de jefe a
Mario Monti." (El País, 26/04/2012)
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