"España necesita un poco de solidaridad. El país fue sometido y es víctima de una coyuntura que es casi una conspiración.
Problemas reales fueron maximizados e inflados por un
ataque psicológico y por el pesimismo que agravó la búsqueda de
soluciones y superaciones. Dentro de ese cuadro las agencias de riesgo
cumplen con su misión de casandras. (...)
Ese poder de influencia sigue atormentando al mercado, agravado por el
hecho de que se concentra sobre todo en las manos de tres empresas:
Standard & Poors, Moody’s y Fitch. Eso ocurre en razón de que se han
vuelto, desde 1975, las únicas empresas habilitadas por el organismo
regulador de las bolsas norteamericanas que califican el riesgo en los
Estados Unidos. (...)
Esa falta de confiabilidad en las calificaciones que
son divulgadas, sobre todo en momentos de crisis y para las cuales las
evaluaciones deberían ser de alguna utilidad, provoca no solamente un
clima de pánico como el que fomenta la especulación, sino que produce
efectos funestos para empresas y países, que se reflejan inmediatamente
en la vida económica y social.
Desde 2000 las agencias de calificación rebajaron más
de 75 veces las notas de los países europeos, para no mencionar la de
Estados Unidos, en este año, desparramando el pesimismo y alimentando la
inseguridad.
España ha sido una de las grandes víctimas de esas agencias de riesgo y su fiscalía
anticorrupción fue blanda al rechazar el año pasado una investigación
penal en su contra, por no ver indicios en su acción de delito contra el
mercado o los consumidores. También en Estados Unidos ya se abrió una
investigación contra Moody´s. (...)
Mientras tanto y sin que le pesara el resultado mediocre de su trabajo,
Moody´s vio su lucro cuadruplicarse de 2000 a 2007. De 2008 a 2010, en
plena crisis económica, sus ganancias y las de la Standard & Poors
fueron del orden de un 45%. (...)
¿Hasta qué punto la especulación está ligada a ese juego de calificación de las agencias en relación a empresas y países?
Es así que la crisis europea nos obliga a adoptar una
posición más firme para poder ayudar a España y Portugal. Nuestro
ejemplo en América Latina está en que vivimos 10 años de recesión con
desastrosas consecuencias para el área y para el aumento de la pobreza.
La política del FMI —la misma de la UE en este momento— no resuelve los
problemas reales de los países. Las medidas del garrote fiscal o de la
desvalorización de la fuerza de trabajo han creado únicamente desempleo,
estancamiento del crecimiento y la amenaza de desintegración política.
La crisis mundial no tendrá solución por este camino. (...)
Redistribución de la renta, apoyo a los más pobres,
dándoles condiciones para entrar al mercado interno e incrementarlo, el
incentivo a la industria, además de otras medidas estructuradoras son en
estos momentos, instrumentos prioritarios.
Bajar los salarios sin controlar a los bancos,
dejarlos que sólo miren hacia arriba y no hacia abajo, no conduce a la
retomada del desarrollo y provoca una reacción popular, además del
sacrificio de los asalariados. Ese entramado comienza por los riesgos de
las agencias de riesgos, la chispa que provocó el incendio." ('El riesgo de las agencias de riesgo', de José Sarney , El País, 17/04/2012)
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