Cristina Cuenca y Oscar Corrons son dos jóvenes españoles emigrantes en Bruselas
"Jóvenes formados, con una carrera, cursos complementarios, másteres e idiomas. Este es el perfil de los nuevos emigrantes españoles,
gente que no ve una oportunidad en España, recién licenciados que saben
que no van a tener el nivel de vida de sus padres. La búsqueda de
trabajo empieza en el extranjero, si no puede ser de lo que se ha
estudiado los jóvenes se conforman con trabajar en cualquier otra cosa.
No obstante, la solución no parece estar tampoco en el extranjero.
"He
emigrado, pero no he dejado der ser precaria", señala Cristina Cuenca,
una joven valenciana de 23 años.
Los últimos datos registrados por Eurostat son de 2009 y sitúan a España en el segundo país con mayor número de inmigrantes y emigrantes. Cerca de 499.000 personas llegaron a España durante ese año, mientras que 324.000 salían hacia otros países.(...)
Cristina Cuenca y Oscar Corrons
son dos jóvenes españoles que decidieron viajar a Bruselas para
encontrar un trabajo digno. Con 23 años, Oscar aterrizó en la capital de
Bélgica para "buscar una salida profesional más atractiva".
Este licenciado en Comunicación Audiovisual domina el inglés y el
francés y ha encontrado en Bélgica oportunidades de trabajo que no tenía
en España. "Cuando llegué aquí me encontré un mundo de oportunidades,
estuve trabajando como asistente en una productora audiovisual que
llevaba proyectos muy grandes, con presupuestos de 200.000 euros",
cuenta Oscar a Público.
Ahora con 29 años, Oscar ha montado su propia productora, Nopfilms,
que da trabajo a tres personas en Valencia. "La empresa tiene un flujo
de trabajo que permite que varias personas estén trabajando varios días
al mes", asegura. (...)
Por su parte, Cristina Cuenca ha estudiado fotografía artística y
también cuenta con idiomas, que está mejorando durante su estancia en
Bruselas. Desde que llegó en febrero de 2012, Cristina ha buscado prácticas para mejorar, muchas de ellas gratuitas.
"Cuando hice mi primera entrevista para unas prácticas no remuneradas,
me dijeron que me volviera a mi país y que cuando supiera mejor su
idioma que le volviera a llamar", asegura.
Ahora, está trabajando como
fotógrafa de productos voluntaria en Oxfam
para poder mejorar en su profesión y tener currículums. "A los
estudiantes de fotografía en Valencia nos ofrecían ser dependientes en
tiendas de cámaras de foto", cuenta.
"La idea es volver",
aseguran ambos. La posibilidad de ganarse la vida en España es lo que
esperan estos dos jóvenes valencianos, pero no tienen claro si puede ser
en un futuro próximo. "Si hacemos caso a los más pesimistas y a la
realidad, probablemente en un par de años no podremos volver", dice Oscar. (...)
"Hay mucha más gente que te llama y que te dice, oye como van
las cosas por ahí", asegura Oscar. La pregunta más recurrente es "dónde
podría mandar mi currículum", dice. "Gente como mi hermano ha tenido que
bajar el listón para poder tener algo", declara. Sin embargo, hay
mínimos que no contempla.
Este joven de 29 años cree que "pasar ciertos
límites es destruir directamente la profesión". Aceptando empleos
indignos "te cargas el trabajo y la carrera de mucha gente", declara.
"La desesperación llega cuando no puedes comer, lo otro es ser un pirata
y salvar tu culo", zanja.
Oscar cree que "si todos dijésemos que no a
ese trabajo, entenderían que no pueden hacerlo"."Si
no te haces valer tú, si no crees que tu trabajo vale el dinero que le
dan a cualquier otro, no tiene mucho sentido trabajar", subraya. (...)
En más de una ocasión, estos dos jóvenes han rechazado trabajos en
Bruselas porque no podían trabajar sin cobrar. La respuesta que obtenían
los empresarios que les ofrecían trabajos no remunerados eran que no
podían aceptar no tener sueldo, "perdemos dinero", critican." (Público, 18/12/2012)

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