"El impacto de la crisis en España vuelve a acaparar la atención del diario estadounidense The New York Times.
Esta vez, dedica un artículo a la situación que viven muchos
trabajadores que se ven en la necesidad de continuar en sus empleos a
pesar de no recibir sus sueldos.
Según explica, hay pocas alternativas una vez que una empresa se ve inmersa en serios problemas financieros. El miedo a perder el derecho a cobrar lo pagos atrasados si abandonan su puesto de trabajo suele imponerse. A esto, se suma el hecho de que la oferta laboral es escasa, con lo que muchos prefieren permanecer en sus empleos pese al goteo de sueldo, antes que arriesgarse a no encontrar otro trabajo.
"Cobrar por el trabajo que haces ya no es algo con lo que puedas
contar en España, un país que atraviesa su cuarto año de crisis
económica", señala el rotativo, que asegura que los tribunales están
"saturados de solicitudes" para tramitar los pagos del Fogasa, el Fondo
de Garantía Salarial que se hace cargo de los salarios y de las
indemnizaciones por despido cuando una empresa en quiebra no puede
cubrirlos.
Para
retratar esta situación, a la que se enfrenta un número creciente de
españoles, el diario recoge el caso de un matrimonio joven en Valencia,
ambos con trabajos que dependen de forma directa de la administración
autonómica. Tanto la mujer, fisioterapeuta en un centro de
discapacitados mentales, como el marido, conductor de autobuses
municipales, han sufrido irregularidades en sus pagos en el último año. (...)
El problema no afecta solo a los trabajadores que dependen del
sistema público. Según cuentan los trabajadores de un hotel en Benidorm
al NYT, la empresa les debe dinero incluso a pesar de haber
tenido meses de tener todas las habitaciones ocupadas. Según explica uno
de los afectados, los empleados amenazaron con contar la historia a la
prensa, aunque finalmente no lo han llevado a cabo.
"Antes de la crisis, un trabajador podía dejar pasar un mes, pero
luego se iba a otro sitio. Ahora no hay opción: no hay a dónde ir y
están asustados. Tienen miedo hasta de quejarse", apunta José Francisco Perez, abogado en Valencia.
Por su parte, los empresarios aducen que están haciendo todo lo
posible para retribuir a los empleados y responsabilizan a sus clientes,
que "o pagan tarde o incluso no pagan". El propietario de una
inmobiliaria, que pidió no ser identificado, explica al rotativo que su
familia ha vendido una casa en la playa y una plaza de garaje para pagar
las comisiones a sus empleados.
Pese a la buena disposición de algunas empresas, el NYT apunta
a "abusos" cometidos por algunos empleadores ante este situación, ya
que a la hora de reclamar la indemnización correspondiente a un
incumplimiento por parte de la empresa, la justicia exige la vigencia de
la relación laboral en el momento de dictar la sentencia
correspondiente." (El Confidencial, 17/12/2012)
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