"Nosotros en Grecia no tenemos ninguno de los dos puntos positivos. Ni crecimiento global ni coyuntura regional favorable.
–Sí,
pero al mismo tiempo tratamos de hacer de la necesidad virtud. Con esa
visión participamos dentro de la Zona Euro. Grecia tiene solo el 2,5 por
ciento del PBI europeo y a la vez está en el centro de la opinión
pública mundial. Esto no pasa, claro, por el hecho de que todos se
preocupen acerca del sufrimiento del pueblo griego. El temor es el
efecto dominó.
–O sea que un punto fuerte de ustedes es el temor.
–Es
que, si Europa sigue así, el principal país que pensará en salir de la
Zona Euro es Alemania. Eso quiere decir que un pequeño país como Grecia
puede ser una piedrita capaz de romper esa máquina gigante del motor
ultraliberal.
Por eso sufrimos un ataque frontal a nivel mundial en las
últimas elecciones. Auguraban que vendría el caos. Quizá pueden aguantar
mínimamente un escenario posneoliberal. Pero no lo pueden aceptar en el
núcleo duro de Europa.
–La clave, pareciera, es la capacidad de daño de Grecia.
–Muchas
veces comparé la situación de Grecia respecto de sus socios europeos
con otras épocas. Es como la Guerra Fría. Los dos sectores pueden tocar
el botón, pero aunque uno lo haga ninguno ganará. La catástrofe será
para todos.
–¿Cuál sería hoy ese botón?
–El botón
sería la explosión del euro. Pero el que pierda en esta Guerra Fría es
el primero que dé un paso atrás. Por eso nosotros nos preparamos para un
gran enfrentamiento. Hemos dicho claramente que desde el gobierno vamos
a romper con los tratados de austeridad.
Seguiremos en ese camino
aunque nos corten los préstamos. No es un chiste. Lo vamos a hacer. Pero
necesitamos el apoyo popular." (Martín Granovsky, Página/12, Rebelión, 31/12/2012)
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