"La posibilidad de un freno a la austeridad abre la espita de los mercados.
Las confusas declaraciones del presidente de la Comisión Europea, Durao
Barroso, sobre el hartazgo ante la austeridad, la posibilidad de una
bajada de tipos de interés y el posible premio a España de dos años
extra para cumplir el objetivo de déficit devuelven la alegría a las
bolsas.
España puede caer el triple de lo previsto este año, lo que dejaría las cuentas del Estado aún más en entredicho. El Fondo Monetario Internacional dice que la situación pinta entre mal y peor, con un año más de recesión en la Unión Europea y un grave riesgo de contagio en el corazón de Europa.
Las cifras de empleo, ventas de coches en países como Alemania, o cualquier otro dato relacionado con la coyuntura son infames. Y con este caldo de cultivo el rosario de empresas quebradas y con problemas en España, pero también en el resto de los países desarrollados, se dispara.
Frente a este escenario en el que de cara al público se desarrolla un
nuevo capítulo de la historia interminable de la recesión, las bolsas se
dispararon el martes, la prima de riesgo (el diferencial que mide el precio del bono español a diez años con el alemán), se desplomó y la deuda española tocó niveles históricamente bajos. ¿Qué saben los mercados que no sabe el resto?
Lo que anticipan los inversores en las bolsas aún no se puede leer en
los titulares de la prensa. Son intuiciones más o menos claras, más o
menos ciertas y basadas en mensajes encriptadaos, de lo que va a suceder
en las próximas semanas.
Y lo que los mercados anticipan es que va a
comenzar una nueva etapa de iniciativas expansivas, probablemente mucho
más tibias que las que siguieron al estallido de la burbuja en 2008
pero, en cualquier caso, liberadoras para unas economías asfixiadas.
La cumbre entre el FMI y el Banco Mundial en Washington el pasado fin
de semana ha marcado un punto de inflexión. Las catastróficas
previsiones de los hombres de negro vinieron acompañadas de mensajes
proclamando la necesidad de atenuar la austeridad en Europa.
La mayor parte de las intervenciones de los principales ejecutivos del
organismo fueron un complicado ejercicio de equilibrismo, lo que viene a
ser sorber y soplar la disciplina fiscal a la vez.
Por un lado, el
mensaje oficial sigue siendo el de atar en corto el déficit y la deuda
pero, por otro, el de reconocer que la cosa en Europa no marcha y que es
necesario tomarse los ajustes con más tranquilidad para poder atisbar
una recuperación en el plazo medio." (eldiario.es, 23/04/2013)
"La economía financiera se anticipa a la recuperación de la economía real.
Nada nuevo bajo el sol. Los mercados comienzan a descontar un escenario en el que el euro no se rompe, la liquidez parece asegurada por parte de los bancos centrales y la inestabilidad política en los países intervenidos se disipa.
Incluso los
problemas de gobernabilidad en Italia -dos meses sin nuevo
Gobierno- pasan ahora desapercibidos. Lo que antes se veía con espanto,
ahora se observa con normalidad.
Los mercados, de hecho, esperan una nueva rebaja de tipos por parte del BCE. Y eso es lo que anunciaron ayer a sus clientes Credit Suisse, Natixis,Barclays and Crédit Agricole:
que el BCE recortará los tipos (ahora en el 0,75%) la próxima semana a
mucho tardar. Aunque no sólo eso. Los mercados trabajan con un viejo escenario que se dio en EEUU durante la Gran Recesión: 'cuanto peor, mejor'.
O lo que es lo mismo, a medida que se deteriora la economía europea -el índice de manufacturas alemán fue ayer peor de lo esperado- hay más argumentos para creer que los bancos centrales continuarán inundando la economía de liquidez. Incluso se baraja la idea de que el mix de política económica (presupuestaria y monetaria) será más acomodaticio.
Es decir, más laxo, lo que ayudará a Alemania a combatir la depreciación del yen japonés, que está haciendo daño a sus exportaciones asiáticas.
La aversión al riesgo parece haber desaparecido, al menos en la economía financiera. Otra cosa muy distinta es lo que sucede en la economía real, donde las señales de mejora son todavía tenues.
Nada indica una recuperación súbita ni mucho menos intensa. Sobre todo teniendo en cuenta -según las estimaciones del Banco de España- que el año 2013 ha comenzado con una contracción
del PIB equivalente al -0,5% en términos intertrimestrales. O del -2%
en términos interanuales (frente al -8% y -1,9%, respectivamente, del
trimestre anterior).
Y lo que es todavía más llamativo: el ritmo de destrucción de empleo
se ha situado en el 4,5%, apenas dos décimas por debajo del ritmo del
trimestre precedente. Y hay que tener en cuenta que cada punto representa la destrucción de unos 170.000 empleos a tiempo completo en términos de Contabilidad Nacional.
Quiere decir esto que mientras la economía financiera despega, la real, que reacciona pasados entre dos y tres trimestres,
no lo hace. Pero ahora bien, la economía real no volverá a la senda del
crecimiento hasta que la financiera no se estabilice.
Y lo cierto es
que ese recorrido parece que ha encontrado ahora la buena salida.
Básicamente, por la actuación de los bancos centrales. En
particular, la Reserva Federal y el Banco de Japón. Y en menor medida,
el BCE. Los mercados quieren dinero y cuanto más barato, mejor." (El Confidencial, 24/04/2013)
"El interés exigido al bono español a diez años baja al 4,2% y la prima de riesgo marca de nuevo mínimos por debajo de los 300 puntos básicos.
El deterioro del IFO alemán afianza las expectativas de un bajada de tipos.
La deuda española asimila la avalancha de compras recibida ayer. El
interés del bono a diez años bajó del 4,5% al 4,3%, y la prima de riesgo
se desinfló más de 20 puntos básicos en una sola jornada.
Esta mejora permitió que la prima de riesgo llegara a bajar de los
300 puntos básicos por primera vez en más de un año. Al cierre repuntó
ligeramente, hasta los 302 puntos." (Expansión, 24/04/2013)
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