"La concepción no es un momento mecánico (conectar un enchufe), sino un
proceso vital (formarse y crecer un viviente): más de 20 horas para la
fecundación y dos semanas hasta completarse la anidación del preembrión.
Es cierto que no se puede considerar al feto mera parte del cuerpo
materno, ni realidad parásita. Pero la interacción embrio-materna de la
tercera a la octava semana es decisiva para la constitución de la vida
naciente: a medida que se aproxima el tercer mes del embarazo aumenta la
exigencia de ayudarle para llegar a término.
Las circunstancias
excepcionales deberán ser sopesadas seriamente; tendrán menos peso al
aproximarse el umbral de la novena semana de gestación.
En vez de hablar
de protección de la vida en general, tendremos presente la distinción
entre materia viva de la especie humana (el blastocisto antes de la
anidación) y una vida humana individual (el feto, más allá de la octava
semana). " (
Juan Masiá Clavel
, El País, 13 MAY 2013)
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