"P. ¿Puede desaparecer el Estado-nación?
R. A corto plazo, la globalización y las crisis
globales refuerzan al Estado-nación, aunque eso no significa que haya
unidad nacional dentro del Estado. Hay mayor conciencia de la identidad
nacional, pero, al mismo tiempo, para alguna gente, es un problema: la
identidad vasca, la catalana, la castellana, la que sea. Y la apelación
al Estado-nación se convierte en fuente de tensiones y problemas.
La
idea de que el Estado-nación iba a desaparecer era un espejismo nutrido
en la UE y, hasta cierto punto, en el mundo por las élites que se
beneficiaban de viajar, de comprar segundas residencias, que disfrutaban
de los beneficios de un sistema global. Europa, la UE, siempre ha
funcionado mejor para las elites que para la gente corriente.
Cuando
llegó la crisis quedó mucho más claro: las diferencias han sido más
extremas, y eso recuerda a la gente lo importante que es el Estado. No
soy experto en España, pero creo que eso produce, por un lado, una
especie de respuesta nacional, y por otro, una tremenda decepción en la
nación, porque el Gobierno de España no es capaz de hacer más por los
españoles.
Y nos encontramos ante el fenómeno de una especie de
nacionalismo sin optimismo. Lo opuesto al nacionalismo de hoy en China." (
Walter Oppenheimer
Londres, El País,
5 MAY 2013)
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