"Desde el principio era —o al menos debería haber sido— evidente que la crisis financiera nos había sumido en una trampa de liquidez,
una situación en la que muchas personas piensan que no hay nada mejor
que hacer con el dinero acumulado que tenerlo guardado. Estados Unidos
se pasó la mayor parte de los años treinta en una trampa de liquidez;
Japón está en una desde mediados de los años noventa. Y ahora nosotros
estamos en otra. (...)
Los sospechosos habituales rechazaron todo este análisis; eran
“paparruchas sobre la liquidez”, como declaraba Alan Reynolds, del
Instituto Cato. Pero eso fue hace cuatro años, y parece que, después de
todo, quienes hablaban de la trampa de liquidez estaban en lo ciert
Y en este momento la inflación —apenas por encima del 1%, según la
medida preferida por la Reserva Federal— es peligrosamente baja.
¿Por qué es un problema la baja inflación? Una posible respuesta es
que frena los préstamos y el gasto y fomenta que el dinero ahorrado no
se invierta en nada. Dado que nuestro mayor problema económico es una
falta de demanda generalizada, la bajada de la inflación agrava dicho
problema.
La inflación baja también hace que sea más difícil reducir la deuda,
lo que empeora los problemas de deuda del sector privado, que son uno de
los principales motivos por los que la demanda es tan escasa.
¿Y por qué baja la inflación? La respuesta es la persistente
debilidad de la economía, que impide a los trabajadores negociar sueldos
más altos y obliga a muchas empresas a rebajar los precios. Y si se
paran a pensarlo un minuto, se darán cuenta de que esto es un círculo
vicioso en el que una economía débil conduce a una inflación demasiado
baja, la cual perpetúa la debilidad económica.
Y esto nos lleva a un asunto más general: la absoluta locura de no tomar medidas que impulsen la economía ya.
Cada vez que alguien habla de la necesidad de más estímulos
económicos, monetarios y fiscales, a fin de reducir el paro, la
respuesta que siempre da la gente que se cree muy lista es que debemos
centrarnos en el largo plazo, no en las soluciones a corto plazo. Pero
lo cierto es que al no afrontar nuestros problemas a corto plazo, los
estamos convirtiendo en un mal económico crónico a largo plazo.
Hace poco escribí acerca de cómo, al permitir que se mantenga el paro
a largo plazo, estamos creando una clase de estadounidenses
permanentemente desempleados. El problema de la inflación demasiado baja
es muy distinto en sus detalles, pero similar en cuanto a sus
consecuencias: también en este caso, al permitir que los problemas
económicos a corto plazo se enconen, estamos sentando las bases de una
pauta de fracaso económico a largo plazo, y quizá permanente.
La cuestión es que estamos fracasando de manera lamentable en nuestra
respuesta al desafío económico que se nos plantea, y pagaremos ese
fracaso durante muchos años de aquí en adelante." (
Paul Krugman , El País, 5 MAY 2013)
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