7.6.13

El crecimiento de la deuda pública es inquietante. La amenaza de quiebra del Estado está en el horizonte

"La crisis tiene causas muy complejas dadas su profundidad y extensión. La deuda exterior de cada país es un dato clave de esa crisis. Pero la deuda exterior la soportan en cada país el sector público y el sector privado, y aunque hay diferencias muy acusadas entre los países, en el caso de España, la deuda exterior se distribuye en un 70% para el sector privado y en un 30% es deuda pública en manos de entidades extranjeras.

 El haber hecho de la deuda pública, o más exactamente del déficit público, el caballo de batalla de la política neoliberal de la troika se debe a que es el punto donde más fácilmente pueden presionar. 

Pero dos cosas cabe decir de esta obsesión: en primer lugar el déficit público no es tan fácil de reducir como se comprueba, porque toda política fiscal restrictiva agudiza la recesión y los ingresos públicos. 

En segundo lugar, el problema fundamental no es el déficit, sino la deuda acumulada por los déficit a lo largo del tiempo. Y nuestro país desde 2008 acumula déficit y crecimiento de la deuda pública bastante inquietantes, al punto de que la amenaza de quiebra del Estado está en el horizonte.   (...)

En ese caso, si no hay soberanía nacional no tenemos poder de decisión como país, o estado, ¿se puede conquistar la soberanía saliendo del euro? ¿qué supone salir del euro para el conjunto de la clase trabajadora?

La primera parte de tu cuestión es obvia: no tenemos soberanía económica y monetaria, y con el proceso de integración europea se han ido perdiendo todos los resortes que han tenido los estados para hacer política en función de los problemas y aspiraciones de cada sociedad.

 Salir del euro supondría disponer otra vez de una moneda propia para competir en los mercados internacionales y preservar un equilibrio de las relaciones económicas internacionales razonable y, por otra parte poder ejecutar una política monetaria de acuerdo con las necesidades del país, y no depender como hasta ahora del BCE y de los mercados financieros que tanto y con tanta razón desconfían de nuestro país como deudor. 

Desde luego creo que la clase trabajadora, a pesar de que abandonar el euro en estas circunstancias es una operación traumática justificada por la catástrofe a la que nos han llevado, tendría ventajas sensibles a medio plazo, mientras que ya sabemos a dónde conduce la política de la troika. 

La Europa de Maastricht es tan perversa que hasta la lucha de clases deja de tener sentido pues cualquier conquista de los trabajadores se convierte pérdidas de la capacidad competitiva del país, y por tanto, en lo inmediato, en mas paro.  (...)

¿Qué salidas pueden darse?

Variantes como en una partida de ajedrez hay bastantes, proyectos buenos por los que apostar menos. En mi caso respaldo el manifiesto impulsado por mucha gente que sostiene que estamos en una encrucijada con respecto al tema de Europa. 

Una alternativa es aceptar en el fondo la Europa surgida de Maastricht y someterse a las imposiciones de la troika, que como hemos visto son los ajustes, recortes y la austeridad, sin perjuicio de cubrir las vergüenzas añadiendo que la Europa neoliberal debe modificarse y que deben buscarse alianzas para conseguir esa transformación.

 La otra es romper con la unidad monetaria y recuperar la soberanía económica y monetaria en la forma de reimplantar una moneda propia para competir y tener una política monetaria propia para atender las necesidades reales de la sociedad y no estar pendientes de los mercados financieros y las decisiones del BCE. 

Tras esa disyuntiva está nada más y nada menos que recuperar la soberanía de los ciudadanos, la soberanía popular, que es consustancial con el llamamiento del Frente Cívico Somos Mayoría."         (Entrevista al economista Pedro Montes, Ramón Pedregal Casanova, Rebelión, 04/06/2013)

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