"El sistema de pensiones ni está en quiebra ni necesita ahora una nueva
reforma. Al menos dos de los doce expertos del comité creado por el
Gobierno para elaborar el llamado 'factor de sostenibilidad' -la nueva
reforma de las pensiones- han elaborado votos particulares en los que se
desmarcan del informe oficial que aún se está perfilando. (...)
"Tengo la impresión y la sensación, sin ánimo de crítica hacia la labor
del comité y con todo mis respeto a sus miembros, de haber estado
teledirigido hacia un resultado final acorde con las expectativas del
Gobierno que le nombró", dice Ruesga en su escrito. (...)
Los expertos han diseñado un factor que se aplicará de
dos formas y que, en cualquier caso, supondrá un recorte de
las pensiones. Por un lado, la actualización de las pensiones dejará de
estar ligada al IPC y lo estará a la evolución de las cuentas de la
Seguridad Social.
Por otro lado, para el cálculo de las
nuevas pensiones se tendrá en cuenta una fórmula que incluya la
esperanza de vida en ese momento y que tambien tendrá en cuenta un
coeficiente de solidaridad intergeneracional. Esta fórmula solo
afectaría a los nuevos pensionistas.
En su escrito,
Ruesga alerta de que la aplicación de tres mecanimos de ajuste al mismo
tiempo -estos dos factores sumados a la reforma de las pensiones ya en
marcha- significaría penalizar doblemente a las generaciones que inician ahora su jubilación.
"Hay que insistir en esto porque si retrasa la edad de jubilación a los
67 años y simultáneamente se introduce el mecanismo del incremento de
la expectativa de vida en el cálculo inicial de las pensiones, se está
castigando por vía doble a una misma cohorte de jubilados a trabajar más
años, cotizar por más tiempo y, en las mismas condiciones, menor base
reguladora", advierte Ruesga, que subraya que a esto habría que añadir
una "tendencia descendente" en la pensión media.
Tanto Ruesga como Tortuero aseguran que la reforma de las pensiones
aprobada en 2011 tiene plena vigencia y que es precipitado aplicar
inmediatamente cualquier otra medida sin antes haber medido sus efectos.
"Es razonable entender que las circunstancias actuales exijan
respuesta. Sin embargo, a mi entender la respuesta debe suscribirse al
marco diseñado por la Ley 27/2011 (de reforma de las pensiones), que
reitero, procede de un espacio de consenso político y social", explica
José Luis Tortuero en su texto.
De una forma
parecida se pronuncia Santos Ruesga, que considera que hay un "exceso de
alarmismo" sobre la evolución del sistema que busca crear una
perspectiva negativa del futuro "que predisponga a la población a
aceptar cualquier reforma que haga pivotar el equilibrio financiero del
sistema, principalmente, en la cuantía de la pensión media"
José Luis Tortuero, que fue propuesto por el PSOE, sí cree que podrían
reducirse los plazos transitorios previstos en la reforma de las
pensiones de forma que se adelantara la aplicación de algunas de sus
medidas.
El catedrático también se refiere a otras líneas de actuación a
tener en cuenta, como regular las prejubilaciones, reordenar las mutuas
de accidente de trabajo, unificar en dos los regímenes de la Seguridad
Social existenes, reformar la cotización de los trabajadores por cuenta
propia, o replantear el sistema de revalorización de pensiones." (eldiario.es, 02/06/2013)
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