"(...) La Constitución española nació con condicionamientos y deficiencias
innegables. Pero contenía algunas promesas garantistas y admitía
lecturas abiertas, flexibles. Hoy queda muy poco de todo eso.
Los
derechos sociales y las libertades civiles son conculcados sin rubor y
las interpretaciones más democráticas del texto de 1978 se arrinconan.
Diría que no solo no hay evolución, sino que asistimos a un auténtico
golpe deconstituyente.
La reforma de la
Carta Magna está en el discurso de diferentes partidos políticos, pero
quizás estos llegan un poco a remolque de lo que se ha planteado en las
calles desde el estallido del 15-M. ¿Comparte esta reflexión?
El
15-M denunció el agotamiento del régimen político y económico surgido de
la Transición. Y sugirió una terapia, la radicalización democrática. No
veo a la clase política actual, ni mucho menos a los grandes poderes
económicos, en condiciones de responder a esa interpelación. Hablan de
reforma constitucional, sí, pero muchas veces lo hacen para ocultar su
negativa a algunos cambios que podrían producirse incluso sin ella.
La Constitución española nació con condicionamientos y deficiencias
innegables. Pero contenía algunas promesas garantistas y admitía
lecturas abiertas, flexibles. Hoy queda muy poco de todo eso.
Los
derechos sociales y las libertades civiles son conculcados sin rubor y
las interpretaciones más democráticas del texto de 1978 se arrinconan.
Diría que no solo no hay evolución, sino que asistimos a un auténtico
golpe deconstituyente.
La reforma de la
Carta Magna está en el discurso de diferentes partidos políticos, pero
quizás estos llegan un poco a remolque de lo que se ha planteado en las
calles desde el estallido del 15-M. ¿Comparte esta reflexión?
El
15-M denunció el agotamiento del régimen político y económico surgido de
la Transición. Y sugirió una terapia, la radicalización democrática. No
veo a la clase política actual, ni mucho menos a los grandes poderes
económicos, en condiciones de responder a esa interpelación.
Hablan de
reforma constitucional, sí, pero muchas veces lo hacen para ocultar su
negativa a algunos cambios que podrían producirse incluso sin ella. (...)
IU hablaba recientemente de suprimir el famoso artículo 135 sobre la estabilidad presupuestaria. ¿Cómo lo ve? ¿Es posible?
La
reforma del artículo 135 fue un despropósito. Una Constitución que
otorga prioridad absoluta al pago de la deuda externa está dimitiendo de
su función social y democrática ¡Ni siquiera el Banco Central Europeo
exigía tanto! Dicho esto, si existiera voluntad política para cambiar
este precepto habría que utilizarla para muchas otras cosas.
De entrada,
como decía antes, para suspender el pago de la deuda, algo que el
propio artículo 135 prevé en caso de que se "perjudique
considerablemente" la "sostenibilidad social del Estado". Y luego, para
abrir un proceso de cambios constitucionales más profundos, que
involucren a la ciudadanía, comenzando por quienes ni siquiera votaron
el texto de 1978.(...)" (ENTREVISTA A GERARDO PISARELLO, Público, 06/12/2013)
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