"(...) Veamos primero los datos que resumen la
situación existente. Uno viene de las propia Autoridad Bancaria Europea,
que ha indicado que los 125 ejecutivos españoles mejor pagados del
sector financiero consiguieron, como promedio, unos ingresos anuales de
alrededor de 2,4 millones de euros por ejecutivo en 2011, los más altos
de la Unión Europea (sí, repito, los más altos de la UE).
Otro dato es
el que se refiere a los beneficios de las empresas bancarias, que fueron
de 7.674 millones de euros (en el caso de los mayores bancos de
España), cuatro veces más que en 2012. El sector bancario español es el
que ha recibido más ayuda de fondos públicos (alcanzando un 18,5% del
PIB a principios de 2013).
Pero, sorpresa, sorpresa. El crédito a
las empresas y a las familias “ni está, ni se les espera”, y esta
ausencia está creando un problema económico tremendo. Una economía no
puede funcionar sin crédito. Y apenas hay crédito (accesible) en España.
En realidad, continúa descendiendo. El crédito, ya muy bajo, ha
descendido entre diciembre de 2011 y febrero de 2014 un 16,1% para las
empresas y un 10,7% para las familias.
¿Cómo puede ser que esto ocurra? ¿Cómo
puede ser que el trabajo de los bancos, que es ofrecer crédito, apenas
exista y, en cambio, los banqueros se forren y los bancos consigan unos
beneficios muy suculentos?
Y ahí está la causa de la indignación.
Ello ocurre porque el Estado (que, en teoría, le representa a usted y a
mí) lo facilita y los estimula. ¿Cómo?
Pues mire usted, la banca, que tiene un
enorme poder en España y en la eurozona, ha creado un lobby con un poder
tremendo que se llama el Banco Central Europeo, que es una autoridad
pública y que está dirigido por un banquero de una de las empresas
bancarias más poderosas y fraudulentas, Goldman Sachs, el Sr. Draghi,
nombrado por el Consejo Europeo, que es otra autoridad pública.
Pues
bien, este BCE imprime dinero (como hace cualquier Banco Central digno
de su nombre), pero en lugar de prestárselo al Estado (como hace
cualquier Banco Central digno de tal nombre) lo presta a la banca
privada a unos intereses bajísimos (menos de un 1%) y ellos compran
deuda pública a unos intereses del 3,5%, el 4% e incluso el 8,74% en el
caso de los bonos a diez años de Grecia en octubre de 2013. La banca,
pues, es la dueña de la deuda pública.
Y como los Estados de la eurozona
no tienen un Banco Central que los proteja, son muy vulnerables a la
especulación financiera y tienen que pagar unos intereses altísimos (el
tercer ítem en el presupuesto del Estado español) para conseguir dinero
de la banca. Y para que el Estado pueda pagar estos intereses, tiene que
recortar su sanidad, su educación… ¿Se da cuenta?
Y lo que es peor es que todo esto podría
evitarse. Con todo el dinero que se le ha dado o prestado a la banca
podría haberse creado una banca pública que hubiera garantizado el
crédito a empresas y familias. Y al BCE se le hubiera también podido
exigir que actuara como un Banco Central y prestara dinero directamente a
los Estados. Pero todo ello requiere una ruptura de la complicidad del
Estado con la banca.
Y usted no va a leer esto en la mayoría de los
medios de mayor difusión con el detalle y crítica que la situación
exige. Y no lo leerá en los diarios o lo oirá en la radio y la
televisión porque estos medios también están endeudados y no quieren
enfrentarse con la banca que les ha prestado dinero. Así de claro." (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 3 de abril de 2014, en www.vnavarro.org, 03/04/2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario