"He recibido un correo: “Paul, usted es un traidor comunista
infrahumano que debería ser deportado. Es una deshonra para los
fundadores de EE UU y una afrenta a la Constitución. Los republicanos
creen en la protección del dinero de los trabajadores, no de los que
viven de las rentas. Todos los trabajadores, ricos y pobres, deberían
ser protegidos por igual de los impuestos elevados”.
Recibo al menos uno de estos mensajes cada día. Pero es bastante
interesante leer esto justo después de reseñar el libro de Piketty,
porque uno de sus argumentos es que la idea moderna de que la
redistribución y el “penalizar el éxito” no es estadounidense y es
antiestadounidense choca frontalmente con la historia real de nuestro
país.
Un apartado del libro se titula Confiscatory Taxation of Excess Incomes: An American Invention
[La tributación confiscatoria de las rentas excesivas: un invento
estadounidense]; Piketty muestra que EE UU en realidad fue pionero en
imponer impuestos muy elevados a los ricos:
“Cuando observamos la
historia de la fiscalidad progresiva en el siglo XX, resulta
sorprendente ver lo muy por delante que iban Gran Bretaña y EE UU,
especialmente este último, que inventó el impuesto confiscatorio sobre
las rentas y las fortunas “excesivas”.
¿Por qué era así? Piketty señala que se debió al ideal igualitario,
junto con el temor de que se crease una aristocracia hereditaria. Los
impuestos elevados, especialmente sobre los patrimonios, vinieron
motivados en parte por “el temor de llegar a parecerse a la Vieja
Europa”. Entre los que pedían una tributación sobre el patrimonio
elevada por razones sociales y políticas se encontraba el gran
economista Irving Fisher.
Solo para recalcar el argumento: durante la Era Progresiva, era normal y mucha gente aceptaba apoyar los impuestos elevados a los ricos concretamente para evitar que los ricos se hiciesen más ricos, que es una postura que hoy día pocas personas en la política se atreverían a adoptar.
Y como las personas que me escriben
ilustran tan gráficamente, mucha gente cree actualmente que la
redistribución y los impuestos elevados a los ricos se oponen a los
ideales estadounidenses, y que, de hecho, son prácticamente comunistas.
No tiene ni idea (y no se lo creería) de que la redistribución es, en
realidad, tan estadounidense como el pastel de manzana." (Paul krugman, El País, 09/04/2014)
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