"Las medidas expansivas del BCE eran imprescindibles. (...)
De modo que la del BCE, noticia estupenda. Pero tardía, y seguramente
insuficiente, esa marca de la casa Europa. Fráncfort ha tardado
demasiado: la inflación capota desde hace siete meses hacia cero, lejos
del 2% acordado.
En cambio, cuando avizora alza de precios, no espera ni
un día, reacciona al instante subiendo los tipos de interés. Es una
velocidad asimétrica, inexplicada e intolerable. La lentitud es cara, el
tiempo es oro. También en política económica. (...)
Coste de la tardanza del BCE en bajar tipos y lanzar nuevas operativas
expansivas: restricción crediticia, crecimiento débil, recuperación
frágil, aumento del paro. ¿En qué cuantía? Difícil precisar su
cuota-parte.
Una referencia genérica: el desempleo de EE UU ronda el
6,3% de la población activa; en la UE, casi el doble, el 10,40%. El
tiempo es oro. Perderlo es mal negocio. Y provoca sufrimiento." (
Xavier Vidal-Folch
, El País, Madrid
11 JUN 2014)
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