"(...) Carles Campuzano (CC): La cuestión principal no es
sólo la demografía, que tiene un peso evidente, sino qué modelo de
sociedad queremos tener en relación a un problema muy simple: cómo vive
la gente una vez que deja de ganar su salario. Cómo garantizas unos
ingresos suficientes cuando dejas de trabajar. Ésta es la discusión
principal. (...)
Respecto a lo del imaginario colectivo, sí que es cierto que entre las
generaciones más jóvenes se ha instalado la idea de que no van a cobrar
una pensión pública en el futuro. Yo creo que si hay voluntad política
la pensión de los que venimos detrás, los baby boomers, van a
estar garantizadas.
Quizás con reglas y formas distintas a las actuales.
Pero la cuestión es que cuando tengamos 65, 67 o 68 años, y dejemos de
vivir de nuestro trabajo, tengamos unos ingresos suficientes que me
permitan vivir con dignidad. (...)
Hay cosas que no sabemos pero hay otras que sí, como cuántos mayores de
65 años habrá en este país en 2050. Van a ser más de 15 millones,
doblando el número actual. Esto nos tiene que servir para afrontar
cuánto antes este reto, lo que no significa que haya que recortar las
pensiones públicas. (...)
La Comisión Moreau
elaboró un informe sobre los problemas del sistema francés de
pensiones, que si se compara con el nuestro resulta envidiable. Se trata
de un informe más completo, donde se plantean muchos puntos de vista, y
distintas alternativas con las ventajas y desventajas de cada una. (...)
Estamos resignados a que el sistema no es sostenible en los términos que
lo tenemos ahora y que los cambios que se están produciendo son
inevitables. En mi libro “El sistema público de pensiones: crisis, reforma y sostenibilidad” trato de demostrar que no es así. (...)
La previsión financiera tiene que ver con el gasto
en términos de PIB sobre pensiones. Si aceptamos que la reforma 27/2011,
según las cifras del gobierno que los organismos internacionales
validaron, situaba que el gasto máximo en pensiones se podía situar
entre el 13 y el 14% del PIB (ahora gastamos entre el 10 y el 11%). Si
mantenemos la teoría de que los ingresos en cotizaciones se van a mover
entre el 10 y el 11% del PIB, pues seguramente estaríamos hablando de un
déficit de 2 o 3 puntos.
Esto será un proceso
que se alargará en el tiempo y para el que habrá que tomar decisiones,
como por ejemplo si las cotizaciones sociales son el principal núcleo de
financiación de las pensiones o si el sistema impositivo va a jugar más
o menos papel.
Lo que quiero decir es que el nivel de dramatismo es
relativo, la cuestión principal vuelve a ser si tenemos la voluntad
política de garantizar que las generaciones que se vayan jubilando
tengan un ingreso público que les permita vivir con dignidad. Lo de
menos es, simplificando mucho, es si esto se financia vía cotizaciones o
vía pensiones. Al final es como lo que está pasando en esta crisis.
El
sistema está en déficit porque tiene más gasto en pensiones que el
ingreso de cotizaciones, pero las pensiones se siguen pagando. Esto es
porque la gran virtud del sistema público es que en última instancia
quién asume la responsabilidad somos todos a través de los impuestos.
En definitiva, lo que sabemos seguro es que habrá un incremento del
gasto en pensiones hasta un 13-14% del PIB, y que es un gasto sostenible
porque es el gasto medio que hoy están gastando los europeos. ¿Serán
suficientes los ingresos vía cotizaciones? Seguramente no, va a tener
más peso la fiscalidad, otro tipo de impuestos. (...)
Marcamos un límite del 14% para el 2050. ¿Eso es mucho? Hoy Francia ya
gasta el 14,6% e Italia el 15,3%. Por tanto, estamos hablando de un
nivel de gasto que es perfectamente asumible. Otra cosa es que eso no
exija buscar recursos adicionales para hacer frente a ese nivel de
gasto. (...)
Que lo que se recaude por cotizaciones sea
suficiente para pagar las pensiones no es, salvando la República Checa,
Luxemburgo, y Estonia, lo normal. Es una trampa en la que de forma
inocente o no tan inocente caemos en muchas ocasiones. Es evidente que
vamos a necesitar otras fuentes para pagar las pensiones. Y que estas
fuentes probablemente sean los impuestos generales.
Al final en todo este asunto caemos en estas pequeñas trampas de hablar
del déficit de la Seguridad Social, cuando deberíamos hablar de
desequilibrios, porque la utilización del término déficit apunta a un
exceso de gasto cuando el problema es, o será, la falta de ingresos.
En
todo caso, es muy importante resaltar, según las previsiones del gobierno
(Actualización del Programa de Estabilidad 2014-2017), tras la reforma
de 2013 (Ley 23/2013) el nivel de gasto en 2050 no va a superar el
10,5%, lo mismo que gastamos hoy pero con el doble de pensionistas. Esta
es la magnitud del hachazo que han recibido las pensiones en esta
última reforma. (...)
En este sentido la crisis pone en evidencia que la
existencia del sistema de pensiones garantiza los ingresos estables a un
segmento de la población que no tendría alternativas.
Y en paralelo la
crisis evidencia la insuficiencia del Estado de bienestar que hemos
construido para proteger familias en las que sus miembros pierden el
empleo y tienen hijos. Ha aumentado el índice de pobreza infantil que ya
era alto antes de la crisis, que refleja sobre todo los problemas de
sus padres.
Dónde no está bien orientado el
sistema de pensiones es en relación a la mujer. Cuando uno ve la
situación de mujeres mayores que viven solas, o con dependencia de sus
maridos, o de la pensión de viudedad, ahí tenemos un núcleo de pobreza
que refleja la historia de nuestro mercado de trabajo. Este es un
ejemplo de desigualdad que el sistema de pensiones no ha sabido corregir
de forma adecuada. (...)
Cuando Hollande y Valls en Francia plantean que la política de familia
deje de financiarse en base a cotizaciones sociales pero la quieren
mantener, lo que están diciendo es que van a financiar las pensiones a
través de figuras de la fiscalidad que no están vinculadas el mercado de
trabajo. (...)
CC: En mi opinión hay dos vías para aumentar los
ingresos. Primera, hacer frente a un problema endémico de la economía
española que es aumentar las tasas de empleo. Y hacerlo en aquellos
sectores dónde hay márgenes como las mujeres, jóvenes, y mayores de 55
años. Este es un problema que ahora obviamente se ha agudizado pero que
viene de antes de la crisis.
Debería haber más gente en el mercado de
trabajo. Sabiendo además de que en la próxima década se van a incorporar
generaciones más reducidas. Segunda, debe de crecer la aportación vía
impuestos al sistema de Seguridad Social. Y que con estos se pueda
asumir las pensiones de orfandad y viudedad, que están alrededor de
20.000 millones.
BS: Estoy de acuerdo. Por
completar la respuesta diría que si tuviéramos la afiliación a la
Seguridad Social de 2007, incluso un poco menos, hoy el sistema tendría
superávit. Por eso este tema del empleo, es fundamental.
Resulta
escalofriante la frialdad con la que Europa y el gobierno español
reaccionan ante las previsiones de desempleo para los próximos años. A
parte de esto, sí que se pueden ajustar elementos, como la cotización de
los autónomos, para mejorar el nivel de ingresos. Siempre siendo
conscientes de que el grueso de esos recursos adicionales deben provenir
de los impuestos generales.
LR:
Algunos autores defienden eliminar los topes máximos de cotización para
los salarios más altos, modificándolos y convirtiéndolos en progresivos
para aumentar los ingresos. ¿Qué os parece esta propuesta?
CC:
Sí pero esto nos llevaría a que quizás habría que subir las pensiones
máximas adaptándose a la mayor cotización de esos salarios. (...)" (Entrevista a Borja suárez y Carles Campuzano, eldiario.es, 10/07/2014)
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