18.7.14

Si salimos del euro, se exportaría más pero también las importaciones serían más caras

"(...) salir de la unión monetaria y que los países utilizasen las herramientas de política monetaria a su alcance, no  resolvería ninguno de los problemas que ya tenemos

En el caso concreto de España, la deuda, que ya es insostenible, lo sería aún más si la convertimos en euros con una peseta enormemente devaluada. La búsqueda de superávit comercial utilizando el tipo de cambio como arma, dada la dependencia energética exterior imprescindible no solo para consumo sino para insumos para bienes de exportación, no mejoraría sensiblemente la inserción del país en la economía mundial.

 Se exportaría más pero también las importaciones serían más caras, sin olvidar que este tipo de medidas supondrían competir contra trabajadores de otros países sin discutir de verdad quien genera el excedente y quien se lo apropia. 

En definitiva, pensar que los ajustes y recortes sociales no se hubieran producido si los países periféricos europeos hubieran tenido “soberanía monetaria” es tanto como ignorar el verdadero alcance y las carencias del sistema capitalista. 

Y eso es así porque la brecha, más que entre países, es entre las élites y los trabajadores europeos.  ¿Acaso hemos olvidado que tenemos mucho más en común con trabajadores de cualquiera de los países que detentan el poder en Europa que con las clases dirigentes o con las élites financieras e industriales del nuestro?

Estamos ante una crisis de sobreproducción, con elevadísimo nivel de endeudamiento y con un sistema bancario mundial insolvente y en este contexto, las políticas monetarias no estimularán el ciclo de inversión-empleo-consumo y no conseguirán los objetivos perseguidos.  Sin una enorme quita de la deuda acumulada y una recapitalización masiva de las entidades bancarias, es absolutamente imposible que sean eficientes las políticas monetarias en el sistema capitalista. (...)

Pero es que aunque esto ocurriera, no se solucionaría sin más el antagónico interés entre los beneficiados por el actual statu quo y los explotados por el mismo. Sin cambio estructural, el mecanismo de dominación llevará inevitablemente a reproducir la situación. 

Por eso no debemos aceptar el “sálvese quien pueda” y por el mismo motivo combatir la situación no puede ir ligado a actuaciones nacionales a pequeña escala. Sólo puede ser efectiva una salida a escala internacional, evitando enfrentarnos al problema compitiendo con otros trabajadores por las migajas. Eso solamente nos llevaría a un círculo vicioso en el que el egoísmo individual apuntalaría el fracaso colectivo.

Por eso, la salida de la unión monetaria para adoptar una estrategia de competir en los mercados internacionales en esta espiral destructiva, no puede ser un anhelo para quien considere compañeros a los trabajadores alemanes, franceses, brasileños o marroquíes.

 Además, no podemos olvidar las consecuencias que el proceso supondría para la clase trabajadora y que se traduciría en fuerte inflación que no podría ser compensada con incrementos salariales en la misma medida, si se pretende conseguir la ventaja exportadora. 

Por lo tanto, a corto plazo, la salida del euro dentro del sistema capitalista global, no mejoraría los problemas de redistribución de renta y podría suponer una profunda decepción que impidiera una transición profunda hacia otro modelo de sociedad.(...)

 Una minoría es ilegítimamente propietaria de la mayoría de los recursos y determina la producción, el consumo y la distribución. Eso no cambiará por estar o no estar dentro de la unión monetaria europea.

En definitiva, hablemos más de relaciones de propiedad y menos de recuperar una soberanía monetaria que jamás tuvimos."             (Carlos Sánchez Mato. 15/07/2014 ATTAC Madrid)

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