"El desempleo es la marca del tiempo que vivimos. Aunque España es uno de
los países donde el desempleo es mayor, este fenómeno está hoy
generalizado a los dos lados del Atlántico Norte, es decir, en la
mayoría de países de la Unión Europea y en Norteamérica.
Una de las
principales explicaciones que se han dado en los mayores fórums de
pensamiento económico (la mayoría de sensibilidad neoliberal) es que la
principal causa de que haya un desempleo elevado es la falta de
formación de las personas que están desempleadas, que les permita
trabajar en los puestos de trabajo existentes.
Este desempleo, definido
como desempleo estructural, sería resultado, pues, de que no haya un
matching (es decir, una correspondencia) entre los puestos de trabajo
disponibles y los conocimientos y cualificaciones de los candidatos a
tales puestos de trabajo. El elevado desempleo se explica por la falta
de formación de los desempleados para realizar la labor de estos nuevos
puestos de trabajo. (...)
El problema con esta teoría es que una cosa es la rapidez en el
crecimiento de los trabajos que requieren una elevada cualificación, y
otra es el número de puestos de trabajo que pertenecen a esta categoría.
La demanda de un tipo de trabajo (por ejemplo, analistas financieros)
puede estar creciendo muy rápidamente y, en cambio, el número total de
ese tipo de puestos de trabajo puede ser muy menor, con lo cual, por
mucho que crezca, su contribución a resolver el elevado desempleo será
muy menor. Y esto es precisamente lo que está ocurriendo. El 75% de
todos los puestos de trabajo que requieren una elevada cualificación
representa solo el 3% de todos los puestos de trabajo existentes en
EEUU. (...)
Lo que es importante, pues, para entender las causas del elevado
desempleo, no es tanto el elevado crecimiento en la oferta de trabajos
cualificados, sino el número y porcentaje que dicho tipo de trabajos
representa en todo el mercado de trabajo, así como la tasa de
crecimiento de la oferta de la gran mayoría de puestos de trabajo, que
no son, por cierto, de elevada cualificación.
En realidad, según los
mismos datos del Ministerio de Trabajo, el 70% de los puestos de trabajo
que se están creando son empleos de baja cualificación. La mayoría
requieren aprendizaje más que formación. Entre los servicios donde se
crea más trabajo están los servicios comerciales (como personal de
ventas), servicios personales (como personal de limpieza), servicios de
distribución de alimentos (como personal de restaurantes) y servicios de
atención a personas (como servicios domiciliarios a personas
dependientes), entre otros.
En realidad, la crisis actual muestra el
gran porcentaje de personas que están trabajando en tales servicios con
cualificaciones muy por encima de las que se requieren para el trabajo
que realizan. Parecería, pues, que el crecimiento de puestos de trabajo
va en dirección contraria a la que se indica en las teorías del
desempleo estructural. Este tipo de problema (que estén trabajando
personas en puestos de trabajo que requieren menos cualificación de la
que tienen) ha aumentado de una manera muy clara durante estos años de
recesión. (...)
Toda la evidencia muestra que el problema real no es la falta de
formación de los candidatos a la oferta de puestos de trabajo (problema
que existe, pero es muy minoritario), sino la falta de producción de
puestos de trabajo. Tal como señalan John Miller y Jeannette Wicks-Lim,
incluso, en el caso de que todos los puestos de trabajo existentes en
EEUU que no están ocupados lo estuvieran, el desempleo continuaría
siendo muy elevado (“Unemployment: A Jobs Deficit or a Skills
Deficit?”).
Y lo que incluso es más preocupante es que el número de
puestos de trabajo que se están creando en este período de recuperación
económica es muy inferior al que se creó en recuperaciones anteriores. (...)
Una de las causas de que la creación de empleo haya sido menor que la
que se registró en recuperaciones anteriores, ha sido que la recesión
fue, esta vez, mucho mayor que las anteriores. El desempleo ha sido, por
lo tanto, mucho mayor, lo cual implica que la demanda de productos y
servicios ha sido mucho menor, y por lo tanto el estímulo económico
también ha sido mucho menor.
Esto es lo que explica la poca producción
de empleo. Y los datos están ahí para verlos. El empresariado se queja
de la falta de ventas porque la gente no tiene dinero (elevado desempleo
quiere decir, también, salarios más bajos, además de menos personas
asalariadas), y ello es lo que causa la falta de aumento de la inversión
y producción de puestos de trabajo.
En realidad, son las pequeñas
empresas (que son las que crean más empleo) las que quedan más afectadas
por esta falta de demanda, y esto es lo que no aparece con mayor
frecuencia e intensidad en los mayores medios de información y
persuasión económicos. (...)"
(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 29 de julio de 2014, en www.vnavarro.org, 30/07/2014)
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