"Desde el inicio de este blog en 2011 avisamos del riesgo de la deflación. Llevamos casi 7 años de crisis sistémica en Occidente, pero seguimos sin solucionar el problema de fondo,
un brutal endeudamiento masivo, inicialmente privado, ahora ya, además,
público.
La ortodoxia trató de centrifugar la deuda privada, y continúa
haciéndolo, a través de los contribuyentes, incrementado la deuda
soberana, pero el resultado final es el mismo, una deuda total en subida libre, impagable.
Las políticas económicas implementadas se están agotando y se encuentran
al borde del fracaso más absoluto. Constituyeron una auténtica huida
hacia adelante, en principio por incompetencia académica, ahora simple y
llanamente por defensa de unas élites quebradas de facto, las bancarias
y sus aledaños. (...)
Recordemos brevemente el origen de la actual crisis sistémica. Se trata de una recesión de balances privados
donde el descenso del precio del colateral que alimenta una deuda
monstruosa fuerza a las familias a disminuir el consumo y tratar de
recuperar, si pueden, ahorro.
Pero como no se generan rentas, resulta
imposible incrementar ese ahorro. A su vez, las empresas no financieras
no invierten y destruyen el capital ya instalado.
Cuando se entra en una recesión de balances sólo hay una opción, reestructuración ordenada de la deuda, control de capitales, y una política fiscal expansiva
centrada en gasto social y en un vasto programa de infraestructuras
públicas a escala mundial. Éste último no supondría ningún aumento de
deuda pública. Se podría financiar vía bancos centrales, lo que además
ahuyentaría el riesgo de deflación.
Por “infraestructuras”, nos referimos especialmente el conjunto de
los servicios públicos esenciales como la educación, el acceso a la
asistencia médica y a los servicios esenciales (agua, electricidad,
telecomunicación) y programas científicos emblemáticos (medicina,
espacial, energía).
Se trataría de garantizar de manera eficaz y sostenible el crecimiento mundial utilizando mejor los desequilibrios actuales en materia de recursos financieros: los países que gozan de excedentes considerables encuentran de esta forma un medio útil y seguro para reciclarlos.
Ahora ya es tarde. Se optó por fomentar la especulación, la pobreza y la miseria. (...)" (Juan Laborda, Vox Populi, 30/09/2014)
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