"(...) Fermín Peña, con apenas 14 años, empezó a trabajar en la empresa. Y
lo sigue haciendo ahora, 38 años después. A punto estuvo, junto con el
resto de la plantilla, de quedarse en la calle hace dos años, tras el
cierre de Muebles Salcedo. Ahora ya no se llama Muebles Salcedo, sino
Muebles Viana. Y la empresa es de los trabajadores.
La compañía se había ganado fama de combativa en repetidos ciclos de
huelgas. No iba a ser tan fácil terminar con ellos. “Empezaron a decir
que las cosas iban mal y los dueños decidieron cerrarla”, cuenta Peña a
Diagonal. Al igual que otras 250.000 empresas desde el inicio de la
crisis, Muebles Salcedo se veía obligada a echar el cierre.
Las perspectivas para los 132 trabajadores no podían ser peores. “En la época en la que estábamos y con los años que tenemos… había que agarrarse a algo.
Si no era ahí, ¿dónde íbamos a trabajar? Salvo dos o tres, todos
tenemos ya más de 50 años”, dice Fermín. Con el dinero adelantado que
obtuvieron de la capitalización del desempleo, los trabajadores
compraron la empresa y la convirtieron en cooperativa.
Una historia que se ha repetido desde el inicio de la crisis, en
2008, con diferentes nombres: Mec10, Profinox, Zero-Pro, El Nou Rals,
Tafinox, Curvados Alzania… El número exacto de empresas
‘cooperativizadas’ se desconoce, pero todos los que han estudiado el
fenómeno coinciden en señalar que son cientos y que cada vez son más.
Sólo
en 2012, último año del que hay datos, los trabajadores se hicieron
con el control de 150 empresas en quiebra o en riesgo de quiebra en
Europa. La mitad de ellas se encontraba en España, según la Confederación Europea de Cooperativas de Trabajo. (...)
Muchas de las empresas cooperativizadas surgen de la capitalización
del paro o de las indemnizaciones de los trabajadores despedidos, que
deciden hacerse con la empresa. En otras ocasiones, la plantilla
pacta con el propietario la transformación de la empresa en una
cooperativa para evitar el cierre.
Éste fue el caso de Cuin
Factory, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), donde el mismo dueño se
convirtió en uno más de los miembros de la cooperativa, cobrando lo
mismo que todos los demás: 900 euros.
En otros casos, los trabajadores
víctimas de un ERE crean un nueva entidad y se quedan parte de los
clientes o usuarios, como ocurrió con Musicop, una cooperativa creada
por los 35 trabajadores despedidos de la Escuela de Música de Mataró
(Barcelona), dependiente del Ayuntamiento. La nueva cooperativa no sólo se ha mantenido, sino que ha creado nuevos puestos de trabajo.
A pesar de este auge de empresas cooperativizadas, el fenómeno sigue
sin ser significativo en relación a la destrucción de empleo provocado
por la crisis. Según comenta Vilnitzky, las consultas para iniciar
nuevas cooperativas se han triplicado en muchas comunidades autónomas.
Pero a veces es demasiado tarde.
“Cuando llegan a preguntar, es porque ya se han comido todo el paro,
cuando ya estuvieron buscando y buscando trabajo… Entonces es cuando
generalmente empiezan a pensar en armar algo propio. El problema es que
cuando llegan a ello ya no tienen forma de financiarlo”, dice.
“En
Argentina no tienes paro, no tienes nada –continúa– en el momento en que
te vas a quedar sin trabajo, la necesidad de luchar por tu puesto de
trabajo es mucho mayor. El problema es que todavía en España hay
gente que piensa que, si se queda sin trabajo, igual de aquí a unos
meses consigue algo”. (...)
“Las cooperativas son las que están aguantando mejor la crisis”,
afirma a Diagonal Juan Antonio Bernabéu, autor del libro Las
cooperativas de trabajo asociado como solución a la reestructuración
empresarial en épocas de crisis económica.
“Las cooperativas mantienen el empleo, son capaces de generar empleo, de evitar el cierre de empresas.
Esto se demuestra con las cifras”, argumenta Bernabéu. Hasta 2013, las
cooperativas se habían limitado a destruir empleo con un ritmo
ligeramente inferior al resto de empresas, pero el año pasado cambió la
tendencia: por primera vez desde el inicio de la crisis, el número
total de cooperativas crecía, un 23% más que el año anterior, confirman
desde la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado
(Coceta).
Bernabéu argumenta que esta mayor resistencia de las cooperativas
frente a las empresas tradicionales se debe a que tienen mayor capacidad
de adaptación: “No son empresas al uso, son empresas
participativas, democráticas, en las que todos los cooperativistas son
dueños de la empresa, algo que les permite una agilidad de
adaptación que no tiene ninguna empresa estándar”.
Una capacidad de
adaptación, reconoce, que tiene su reverso oscuro en la autoexplotación y
formas muy diversas de entender el cooperativismo, en una gama que va
desde empresas de tres empleados hasta un grupo como Mondragón, que en
2012 daba trabajo a más de 80.000 personas.
El motivo último de este crecimiento del cooperativismo y de las
empresas ‘recuperadas’, resume Bernabéu, se halla en que se trata de un “modelo que en estos momentos está funcionando mejor que la empresa clásica”.
También “de la necesidad de la gente, que no quiere quedarse sin
trabajo”. Como el caso de Muebles Viana. “La empresa se iba cerrar… y
nos agarramos a esto para poder tener trabajo. Y parece que hemos
acertado”, dice Fermín Peña.
En España no existen por ahora fábricas recuperadas por los
trabajadores que hayan conseguido reiniciar la producción forzando la
legalidad. Mucho menos que hayan conseguido, como en el caso argentino –donde existen 300 empresas recuperadas que dan trabajo a 10.000 personas–,
que las autoridades expropien a los antiguos dueños para entregar la
empresa a los trabajadores. Lo intentó la plantilla de T-Solar en 2013,
que mantuvo ocupada esta fábrica de paneles solares de Ourense durante
129 días para evitar un ERE que afectaba a 170 personas.
Pero tuvieron
que abandonar la lucha cuando el juez ordenó el desalojo. “La ley no
les ayuda, los jueces no les ayudan, sobre todo cuando hay grandes
inversiones, maquinaria… La mayoría de las veces los trabajadores
tienen que empezar de cero”, dice Mariana Vilnitzky." (Martin Cuneo, Diagonal, en Economía crítica y crítica de la Economía, 21/09/2014)
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